El magnate ruso Alexander Lebedev ha sido condenado a 150 horas de servicios comunitarios por la pelea televisiva en la que estuvo implicado, en un juicio que sido interpretado como una venganza del presidente del país Vladimir Putin por haber expuesto las prácticas corruptas del Gobierno y por editar Novaya Gazeta, un periódico crítico con el Ejecutivo.
Lebedev fue acusado el pasado año de "vandalismo motivado por odio u hostilidad por motivos políticos, ideológicos, raciales, étnicos o religiosos" por una pelea en televisión. La fiscalía retiró la semana pasada la solicitud de prisión contra el promotor de dos diarios británicos, The Independent y London Evening Standard.
Durante la polémica emisión de septiembre de 2011, el multimillonario se levantó de su asiento y se abalanzó sobre el magnate inmobiliario Sergei Polonski, a quien golpeó hasta que terminó por los suelos. Polonski, quien, según el empresario, le había estado provocando durante todo el programa, había sido invitado junto a Lebedev por el canal ruso NTV a un debate sobre la crisis económica internacional.
Tras el enfrentamiento televisivo, las autoridades rusas prohibieron al magnate salir del país. Lebedev ha defendido desde entonces que la acusación contra él es "completamente infundada" y que lo único de lo que podrían haberle acusado era de haber actuado en "defensa propia".
En la misma línea, Lebedev denunció su inocencia alegando la persecución que Putin mantiene contra las voces críticas al Kremlin. La mayoría de los empresarios rusos se han abstenido de criticar al Kremlin desde que el magnate Mijail Jodorkovski, antiguo socio de Lebedev, fue detenido en 2003 tras desafiar a Putin al manifestar su interés en dedicarse a la política.
El mismo Polonski que recibió los puñetazos de Lebedev podría acabar ahora entre rejas. El pasado 30 de diciembre, el multimillonario fue detenido en Camboya, acusado de asalto y detención ilegal después de atacar a seis marineros que se encontraban en el barco que les trasladaba desde una isla turística hasta el continente.
Polonski, que ha visto mermada su fortuna por la crisis económica, fue, hasta el año pasado, director de la empresa estatal Mirax y uno de los hombres más ricos de su país.