El Juzgado de Primera Instancia nº 40 de Madrid ha condenado el cineasta Artur Balder a indemnizar con 30.000 euros a Almudena Ariza por "intromisión ilegítima en el derecho al honor" de la corresponsal de RTVE en Nueva York, tras publicar en diferentes webs expresiones insultantes y denigrantes contra la periodista. "La libertad de expresión no ampara el derecho al insulto", concluye la juez.

Según ha informado la Corporación, el tribunal establece en su fallo que el denunciado generó "la base, el desarrollo y la consecuencia de la campaña de descalificación a la señora Ariza, utilizando no sólo palabras y expresiones insultantes y denigrantes, sino que se le atribuye la comisión de delitos de manera completamente infundada con una evidente voluntad de hacer el mayor daño posible al honor, imagen y profesionalidad de su víctima, sobre todo conociendo que lo que se publica en Internet permanece de manera casi indestructible e imperecedera en la red".

Asimismo, RTVE ha indicado que la sentencia concluye que Balder actuó "en un acto de revancha por no ver valorado su trabajo por una prestigiosa periodista", puesto que él es "seguramente conocido por sus colegas, pero tiene mucha menor presencia mediática y relevancia pública".

Porque el acoso comenzó a finales de 2013, cuando Ariza solició a través de Twitter una entrevista con el director alicantino cuando preparaba un reportaje sobre la emigración española en Nueva York. Según la versión del cineasta, él le pasó 15 minutos de su película documental Little Spain que ella utilizó pero que luego descalificó, en varios correos electrónicos.

El fallo añade que ese acto de revancha le mueve "a presentar una querella contra Almudena Ariza que publicita hasta la saciedad" en determinadas publicaciones y webs "con la finalidad de poner en entredicho la profesionalidad" de la corresponsal de RTVE. La querella fue archivada por decisión judicial, según recuerda RTVE.

Por todo ello, el juzgado ha condenado al cineasta Artur Balder "al cese de dicha información ilegítima", así como a indemnizar a la periodista con 30.000 euros por daños y perjuicios, y a publicar el fallo de la sentencia en todas las webs y medios en los que se vertieron expresiones insultantes contra la corresponsal. Según la juez, no han habido indemnizaciones más altas en casos similares en sentencias recientes del Tribunal Supremo.