"Las mujeres de 'Secretos de Estado' caminan solas, sin que les tengan que empujar"
Ana Chantalle completa, junto a Alberto Guzmán, la pareja presidencial perfecta. Pero tras un intento de asesinato contra su esposo, el presidente del Gobierno, comienzan a salir a la luz datos muy comprometedores sobre la vida privada de ambos. Miryam Gallego interpreta a esta mujer ambiciosa e inteligente en Secretos de Estado, el thriller político que Telecinco estrena el 13 de febrero (22.40).
Pregunta: Su personaje, Ana Chantalle, es una mujer muy ambiciosa que deja su carrera política para apoyar la de su marido, Alberto Guzmán (Emmanuel Esparza). ¿Cree de verdad que ella está hecha para conformarse con el puesto de primera dama y no llegar a la presidencia del Gobierno?
Miryam Gallego: No se conforma. Ellos deciden en un momento de su vida, como pareja, apostar por la presidencia del Gobierno. Creen que la mejor jugada es quedarse ella en un segundo lugar, pero realmente, cuando saborea un poco las mieles del poder, se crece y su objetivo será el de su marido.
P.: ¿Cree que él la hubiese apoyado a ella, si hubiese decidido ser la presidenta del Gobierno, tanto como ella le apoya a él?
M. G.: Creo que no. En el momento en el que ellos deciden ese pacto él no está tan maduro como para dar ese paso tan importante en su vida y quedarse en una segunda línea de la política. No. Creo que en eso ella es mucho más inteligente, ella sabe manejar mucho más los tiempos y por eso decide dar un paso fuerte cuando ella, de alguna manera, tiene seguridad.
P.: ¿Y usted cree que a ella la hubiesen aceptado como han aceptado a su marido en el cargo?
M. G.: Pues creo que tampoco. Porque él ya lleva unos años en la presidencia y en ese momento el partido al que ella representa no estaba preparado para dar ese salto.
P.: ¿Su personaje va a luchar por hacerse con el poder?
M. G.: Sí. Ella va a luchar por su matrimonio, va a luchar por su familia y va a luchar por conseguir un sitio en el poder, un lugar que ella cree que lo representa, que está capacitada para él. Pero también lucha por la familia, es decir, es una obsesiva del poder, pero también tiene los valores de la familia de alguna manera arraigados, sobre todo de sus dos hijos adolescentes.
P.: ¿Sabe ella que su marido la está engañando?
M. G.: Creo que sí, que ella es sabedora, consentidora… Pero a ella le interesa. Le interesa en ese momento de su vida correr un velo y sonreír.
P.: ¿La serie tiene relación en algún punto, o con algún personaje, con la política española?
M. G.: Creo que no se ha bebido de la política, por lo menos la que tenemos en la España actual. Esa es una pregunta más para el equipo de guionistas, pero lo que a mí me han informado es que no se ha bebido de una política actual. Espero que lo que nosotros ponemos en la mesa no sea la política de este país, porque Dios mío, entonces emigro. Son guiones muy punkis. Nuestros representantes políticos son nefastos, pero espero que no lleguen a ese extremo. Espero.
P.: Ha leído sobre Hillary Clinton para prepararse el personaje, ¿qué es lo que más ha aprendido de esta experiencia?
M. G.: Lo que más me ha interesado es la relación de poder que tenían los dos, como pareja. Cuando llega uno a la Presidencia, cuando ella intenta hacerse con la Presidencia… He focalizado más ahí, pero es verdad que he leído muchas biografías, he visto documentales… Bueno, el trabajo que hacemos siempre previo a levantar un personaje, pero no he focalizado en nadie, ni siquiera en el terreno español. No he querido que el espectador, al ver al personaje de Ana diga: "Guau, es… quien sea". No. Es que creo que hacemos ficción, entonces es más interesante jugar a componer que hacer un calco.
P.: Construirlo de cero.
M. G.: Sí, porque ya tenemos esas imágenes todos los días en el telediario, y a mí me agotan. Nosotros estamos jugando a hacer ficción. Esto es entretenimiento, claro que bebemos de la política, la usamos como excusa, pero nosotros estamos hablando de cosas muy poderosas. Hablamos sobre todo del poder, de la erótica del poder, de la sexualidad… Es una serie sexi, porque tenemos mucha escena debajo de sábanas… Hablamos mucho del amor, del amor adulto, del amor adolescente, de las parejas a tres… Es decir, no solo se habla de la política.
P.: Ana en la serie está en la sombra, ¿cree que su personaje como protagonista de la serie está un poco como ella o va a dar caña?
M. G.: Creo que cada personaje en esta serie tiene su momento. Todos, de alguna manera, jugamos una pieza importante de este puzle y ella por supuesto que tiene momentos de esplendor bárbaros en esta serie. Muy sorprendentes para el espectador. También tendrá momentos de miseria absoluta. Creo que eso es lo interesante de este proyecto, que vamos a ver un carrusel de emociones en cada personaje, porque no solo está bien retratada Ana. El personaje de Emmanuel (Esparza, que interpreta a Alberto Guzmán) tiene un juego, un arco, un dibujo… Muy difícil y muy interesante. El de José Luis (García Pérez, que interpreta a Gutiérrez Casas) igual. Es que hay grandes personajes.
P.: Ahora que ha mencionado a José Luis García Pérez, ¿sus personajes (el expresidente Gutiérrez Casas y Ana Chantalle) van a chocar? Dado que él quiere hacerse con el control y su personaje también.
M. G.: Son creo que dos de las mentes más brillantes de esta serie, ellos dos. Y es que se huelen. De alguna manera, como sus cabezas, sus cráneos son muy parecidos, de alguna manera uno intuye el paso que va a dar el otro. Por lo tanto hay veces que van a ser muy aliados, aliados en la sombra, y otras veces que van a ser los enemigos más feroces. Pero también se van a aliar.
P.: Pero a ambos les conviene que Alberto esté ahí.
M. G.: A ambos les conviene, sí.
P.: ¿Qué es lo que más le gusta a usted de la serie?
M. G.: Me gustan mucho las mujeres que hay en esta serie. Porque son mujeres fuertes, mujeres seguras, que caminan solas, sin que les tengan que empujar por detrás. Me gusta muchísimo el ritmo de esta serie. Tiene un ritmo que es una locura. Yo he podido ver bastante material de esta serie y uff… Yo sé lo que voy a trabajar cuando veo un episodio y aun así me mantenía pegada, sabiendo lo que iba a venir. Eso y la luz y la oscuridad de los personajes me interesa mucho. Yo veo que la política está muy maquillada, no solo en este país. A nosotros nos venden siempre una imagen y ver cómo esos personajes se quitan la ropa, verles desnudos, a mí eso me interesa mucho. Ver cómo desayunan, cómo se levantan de la cama, cómo hablan con sus hijos… Es decir, ver a las personas, no solo al político. A mí eso me interesa.
P.: ¿Cree que Secretos de Estado está humanizando a los políticos o mostrando su verdadera cara?
M. G.: Es que creo que son personas, lo hagan bien o lo hagan mal, porque ha habido políticos nefastos en la historia de nuestro país y ha habido políticos maravillosos. Son personas, es decir, hoy puede haber golpe de Estado o un gran problema, pero en algún momento se van a ir a la cama con su mujer y van a llorar o van a discutir o van a hablar. Y van a explicar qué les pasa, qué desazón tienen. Por lo tanto, en el interior de sus viviendas son como nosotros. Aunque nosotros los veamos en otro escenario.