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Úrsula Corberó, una mercenaria "un poco lianta" en 'Snatch'

EUROPA PRESS 20/09/2018 16:46

Una mercenaria "un poco lianta" y un alcalde corrupto de la Costa del Sol son los personajes con los que Úrsula Corberó y Tristán Ulloa se suman a la segunda temporada de Snatch, serie basada en la película homónima estrenada en 2000 por Guy Ritchie que llega a Orange el 26 de septiembre, y que traslada al litoral de Málaga la acción original, que transcurría en un suburbio londinense en torno a una banda liderada por Brad Pitt.

El inglés y el frío han sido las principales dificultades con las que tropezó Corberó en este salto a una producción internacional. "Cuando empecé no hablaba mucho inglés. El primer día que entré, que iban fatal de tiempo, estaba todo el mundo muy alterado. Yo entendía inglés si me hablaban despacio", recuerda. "Estaba tan estresada que el director me hablaba y no le entendía. A la cuarta toma me dijeron que me estaba pidiendo que me sentara", cuenta ahora con humor.

Otro elemento inesperado fue el frío en el rodaje. "Estábamos en Málaga y casi nos congelamos", confiesa la actriz que interpreta a Tokio en La casa de papel. "Iba con un vestido de látex, y el látex cuando está en contacto con el frío se queda frío. Cada vez que me movía sentía que se me congelaba una parte diferente del cuerpo. Fue durísimo".

Así interpretó a Inés, una mercenaria "un poco lianta. Tiene una doble cara. Por un lado es una tía muy segura de sí misma que tiene muy claro lo que debe hacer, pero por otro se deja llevar un poco por las emociones y los sentimientos. Tiene un alma muy rebelde y unas condiciones del pasado que han hecho que tenga que sobrevivir de alguna manera. Pero es un personaje muy interesante, me provoca bastante ternura", declara.

Ulloa, por su parte, se ha metido en la piel de Ortega, el edil del pueblo español ficticio de San Toledo. "Es un amor de persona, un trozo de pan", ironiza, para después reconocer que en realidad "es un caradura".

"No me he fijado en un caso real para preparar el papel. La realidad aburre mucho. Se está repitiendo todo tanto, es todo tan previsible que la realidad supera al porno. Al principio te llama la atención ver un caso de corrupción, pero ya sale todos los días un caso. Así que prefiero irme a la ficción y pasármelo bien", añade.