Ibiza, un paraíso donde alquilar es un infierno
La alta ocupación turística en Ibiza y los precios de la vivienda no dejan un espacio digno para vivir a los trabajadores de la isla, obligados a vivir en ocasiones en condiciones infrahumanas. Garajes convertidos en viviendas, casas preparadas para albergar más de 100 camas o alquileres de minúsculos apartamentos que casi cuadruplican el salario mínimo son algunas de las imposibles condiciones habitacionales que esconde la isla pitiusa, conocida por sus cristalinas playas, sus noches de fiesta y lujo o su interminable lista de celebrities turistas.
En el punto de mira, el programa de reportajes e investigación de Cuatro, muestra el lunes 26 de junio a partir de las 22.45, desde todos los ángulos, una realidad que organismos autonómicos y ayuntamientos no saben o no pueden atajar.
Ibiza recibe cada verano casi tres millones de turistas. Además, su población residente se duplica en verano con la llegada de los trabajadores temporales. Ibiza ofrece oportunidades de trabajo, pero no hay lugar donde vivir para los trabajadores. En la isla del lujo, algunos de estos empleados de temporada se ven forzados a vivir en furgonetas, parkings o trasteros porque no pueden pagar un alquiler. El precio de las viviendas en Ibiza no para de subir y puede alcanzar los 2.500 euros para un piso de 60 metros cuadrados.
Con drones y cámaras ocultas, el reportero Boro Barber recapitulará la saturación existente en la isla y lo difícil que es para un trabajador alquilar una vivienda todo un año a un precio razonable. En el punto de mira mostrará la Ibiza que no está acostumbrada a verse en televisión: trabajadores viviendo en casas okupadas, espacios compartidos en furgonetas compradas o trasteros, un chalet habilitado con 110 camas y hasta un ala completa de un hospital acondicionada por el Gobierno autonómico para albergar personal sanitario que llega a la isla como refuerzo estival.
Además, en el segundo reportaje de la noche, el equipo del programa conseguirá filmar en la superprotegida Corea del Norte. Las restricciones máximas de grabación a las que se verá sometido el equipo y el discurso oficial que rodeará todo el viaje contrastará con las informaciones y testimonios recabados de otras fuentes.