La sexta edición de Granjero busca esposa cuenta nuevamente con Carlos Lozano como celestino de los encuentros amorosos que los participantes del programa mantendrán en busca de la pareja perfecta. Pero, además, en esta nueva temporada, el presentador será más anfitrión que nunca recibiendo en su propia casa a los protagonistas del dating show.
La residencia del presentador en plena sierra madrileña es el punto de encuentro de los solteros en el especial El amor está en la granja.
En el especial, Facundo, un enamorado de los caballos de 47 años; David, el granjero delicatessen; el cariñoso y romántico Garakoitz; José, el ganadero torero, y Patricia, la granjera guerrera, se conocerán, compartirán sus expectativas sentimentales con los espectadores y hablarán con Carlos Lozano sobre las razones que les han llevado a participar en el programa.
Además, el programa será el escaparate en el que los aspirantes al amor de los granjeros podrán conocerles y decidirse a dar el gran paso: vivir la aventura de Granjero busca esposa.
Todos aquellos que deseen participar en la conquista de los granjeros y disfrutar de una experiencia divertida e inolvidable podrán hacerlo inscribiéndose en el formulario oficial del programa, disponible en www.cuatro.com/granjerobuscaesposa y a través del teléfono 902 204 040.
Amante de los caballos y de la naturaleza, romántico, soñador y, sobre todo, muy familiar, Facundo tiene 47 años y vive en Gerona con sus tres hermanos en una masía ubicada en un enclave único: el paisaje de los Pirineos.
Este escenario es el idóneo para dar rienda suelta a su gran pasión: los caballos. Pero a Facundo le falta algo, quizás su gran amor, alguien con quien vivir su particular Brokeback mountain. Sueña con tener un hombre a su lado para toda la vida, con quien sonreír y compartir la belleza de su trabajo y el calor de su familia.
A sus 41 años, David rompe con el estereotipo del granjero tradicional. Sus más de 3.000 gallinas autóctonas dan cada día unos huevos ecológicos que se venden en los mercados más selectos del panorama nacional e internacional.
David cuida a sus gallinas como si fueran reinas: viven al aire libre, vigila que duerman bien y, sobre todo, cuida en extremo su alimentación. Esta dedicación exclusiva a sus gallinas es el principal motivo por el que el verdadero amor aún no haya llegado a su granja. David busca ahora una mujer independiente, guapa, inteligente, con ganas de disfrutar de la vida y, por supuesto, de su granja. Romántico, detallista y luchador, este granjero cree que está en el mejor momento para enamorarse.
Emprendedor, cariñoso, trabajador, bromista y muy enamoradizo. Garikoitz, de 26 años, busca una chica auténtica a la que le guste el campo y con la que compartir el resto de su vida, formar una familia y tener hijos.
La pasión de Garikoitz por los animales y la ganadería le viene desde que era un niño y ha conseguido hacer de su hobby su profesión. Entre sus aficiones también destaca la pelota vasca, el mus y la gastronomía. Es muy cocinitas y le gusta organizar cenas con sus amigos, su cuadrilla es sagrada y da mucho valor a la amistad. En el terreno familiar, Garikoitz tiene una gran debilidad: su abuela Mercedes. Este joven ganadero disfruta de su día a día, pero siente que le falta el amor para ser totalmente feliz.
Con tan solo 21 años, José es el benjamín de los granjeros. Nervioso e impulsivo, no para ni un segundo quieto en la granja que su familia tiene en Tarifa (Cádiz), donde se encarga de cuidar a sus más de 50 vacas y 200 cabras, además de conejos, caballos, gallinas y cochinos.
Todas sus responsabilidades no le impiden practicar otras actividades, como montar a caballo, jugar al fútbol, ir al gimnasio o pescar. Pero su mayor pasión es el toreo. A golpe de capotazos, Joselito, el niño de la costa, confía en encontrar el amor. Busca una chica alegre, luchadora, trabajadora, aventurera y con quien, en un futuro, pueda crear su propia familia.
Patricia, toledana de 36 años, dejó su carrera como directora de Recursos Humanos para dedicarse por completo al negocio familiar: un gran cebadero de corderos.
Su imagen atractiva, frágil y delicada, producto de su faceta de bailarina, contrasta con una Patricia de fuerte carácter. Después de varios desengaños amorosos, cree que para encontrar pareja ha llegado el momento de ponerse en manos de expertos. Quiere encontrar un compañero de viaje con el que disfrutar de la vida y con el que tener el bisnieto tan deseado por su abuela.