Cerca de 500.000 personas, el 1% de la población española, vive enganchada a alguna secta. Escondidos tras el yoga, las terapias alternativas, los temas relacionados con la salud e incluso, tras empresas aparentemente comerciales, estas organizaciones han visto un nuevo filón para captar adeptos más allá de las recurrentes religiones.
Infiltrados, el programa de reportajes de investigación de Cuatro, ha pasado varios meses entre alguna de las 350 sectas que hay catalogadas en nuestro país. El resultado se podrá ver el lunes 5 de octubre a partir de las 00.15 en Cuatro.
Promesas de encontrar el amor o multiplicar las relaciones sexuales, ofertas para conocer gente y mejorar la autoestima, soluciones para problemas de salud a través de terapias alternativas... las nuevas sectas captan a sus víctimas calibrando sus debilidades mentales, sus puntos flacos, y jugando psicológicamente con ellos hasta el límite de hacerles creer lo increíble.
"Hay una mayoría de grupos que controla la sexualidad de sus adeptos, bien sea reprimiéndola o fomentándola, según les convenga", explica José Miguel Cuevas, uno de los psicólogos expertos que participa en esta entrega especial del programa.
"Bajo el pretexto de que te quieren ayudar, estos grupos se ganan la confianza y acaban consiguiendo que el adepto done su casa a la comunidad y que encima lo haga hasta con una sonrisa", asegura Miguel Perlado, experto en grupos de manipulación psicológica.
El programa recopilará testimonios de víctimas de estas sectas, que cayeron seducidos por lo que se conoce como "el bombardeo de amor". Además pondrá nombre a algunas de las más peligrosas organizaciones que operan en la actualidad y ofrecerá claves al espectador para evitar caer en sus redes.