Eva Rojas ha viajado hasta La isla del héroe. La periodista es la encargada de conducir el concurso infantil de producción propia que Boing tiene previsto estrenar el próximo otoño. En el embalse del Burguillo (Ávila), 12 niños ponen a prueba sus capacidades mentales y físicas para poder ocupar el Trono del héroe y conseguir como premio final un viaje alrededor del mundo para él y toda su familia.
Telemania.es ha hablado con Eva Rojas para conocer de primera mano cómo es este programa.
¿Cuál es la mecánica de La isla del héroe?
Eva Rojas: Es un concurso infantil en el que compiten 12 niños, no solo a nivel físico sino también mental. Porque los desafíos requieren de creatividad, de un nivel de cultura, de interés de los niños por saber sobre varios temas. Además, el entorno que rodea a esta grabación consigue que sea la mezcla perfecta entre aventura y desafíos.
¿Qué diferencia La isla del héroe del La isla del héroeresto de concursos de Boing?
E. R.: Es un entorno natural en el que las pruebas adquieren un nivel de competición muy visual. Los niños tienen que meterse al agua, tienen que escalar, tienen terreno para correr y hacer carreras. Y luego, tiene un punto divertido, y es que el casting es espectacular. Tengo muchísimas ganas de que los podáis conocer porque son muy divertidos y muy sorprendentes.
¿Qué características deben reunir los concursantes? ¿Tienen alguna habilidad especial?
E. R.: Son niños con atributos muy claros, pero la verdad es que, además, tienen un plus que a mí me encanta y es lo que prefiero de todos los concursantes, y es que son muy ellos mismos; es gente muy auténtica. Cada uno es diferente del otro, pero siempre destacan por tener las cosas muy claras y por actuar de una manera muy determinada.
¿Cuáles son los valores que aprenden los niños concursando?
E. R.: Es muy importante saber que, efectivamente, como estamos en un concurso infantil, sería muy útil que aprendan varias lecciones. Por lo que yo estoy viendo, además de algunos valores como la amistad y el compañerismo, que son esenciales para ellos, están aprendiendo también el valor, el esfuerzo, la constancia y, sobre todo, a saber perder; porque en cada programa se tienen que enfrentar a desafíos de muchos tipos, y no solo sirve con ser el más rápido. A veces también tienes que pensar en la mejor estrategia o, incluso, tienes que sacrificarte por algún compañero.
Todo esto son enseñanzas que seguro que les van a servir para su vida.
¿Es muy importante el trabajo en grupo para conseguir ser el héroe de la isla?
Eva Rojas: Sí, es esencial. Trabajan en equipos desde el principio; es más, el futuro de cada aspirante en cada programa está determinado por la prueba que hacen en grupo. Es un poco la clave, el aprender a repartirse las tareas, a comunicarse entre ellos, y también a aguantarse las cosas que todos tenemos. Están aprendiendo mucho y es importantísimo.
El concurso se desarrolla en torno a varias pruebas que los aspirantes deben ir superando. ¿Podría describirnos en qué consisten algunas de ellas?
E. R.: El desafío por equipos es la prueba que inaugura el programa y determina en qué orden se van a agrupar los aspirantes y también a qué otras pruebas se van a enfrentar. Normalmente se hace en Bahía Vacía, una parte de la isla en la que tienen que desarrollar primero un reto físico. Siempre hay un fin, algo que construir, algo así. Luego, como se enfrentan entre ellos mismos, los grupos van variando en función de las pruebas, todos pasan por cada uno de los puestos que tienen que hacer. Es una prueba en la que se ve cómo se organizan y se autoorganizan ellos también. Ves cómo los aspirantes conforme avanza el programa van viendo en qué lugar encajan mejor, cómo hablan con los líderes de los equipos para que los pongan, no solo a hacer lo que más les apetece, sino en lo que creen que pueden ayudar más. Es muy interesante.
¿Cómo se desenvuelven los niños en las pruebas? ¿Hay alguna que les esté costando más superar?
E. R.: Es muy curioso, porque hay niños que son más atléticos que otros que, quizás, ya vienen con algunos valores aprendidos porque hacen deporte. Sin embargo, los hay que todo lo contrario. Es divertido ver cómo se enfrentan a las pruebas porque quizás estos niños que tienen más atributos físicos, a la hora de correr o de nadar, se enfrentan a una prueba de lógica y les cuesta más, tienen que tirar de un compañero que sea más ágil en eso y también a la inversa. Está bastante compensado, los que son más flojitos en una cosa destacan en las otras y, así, consiguen crear algo casi perfecto.
Para tener éxito en el concurso, ¿qué es más importante, la fuerza mental o la física?
E. R.: Una mezcla. Sí es verdad que la prueba de eliminación es muy física. Bueno, es espectacular. Requiere bastante físico porque aúna varios puntos: la natación, la velocidad… Pero es cierto que para llegar a esa prueba, o mejor dicho, para no llegar, tienen que pasar por un proceso de lógica. Tienen que utilizar el ingenio porque hay una parte, en esa prueba final, que tiene que ver con acertijos y con cosas de lógica. Yo creo que los niños se dan cuenta de que no solo con ser el más rápido sirve. De hecho, los que quizás más posibilidades tienen de ganar al final, se ven en la tesitura de que van por detrás de un niño que quizás no es tan atlético como ellos. Es muy interesante el fifty fifty, la combinación de los valores.
¿Qué premio obtiene el concursante que consiga superar todas las pruebas y hacerse con el triunfo?
E. R.: El que consiga ganar La isla del héroe consigue un superviaje alrededor del mundo. Yo estoy viendo a ver cómo me pueden llevar, por favor. Pero creo que no lo voy a conseguir. Es un premio estupendo que disfrutan tanto los niños como sus padres.
Todo el concurso se desarrolla al aire libre, en concreto, en el embalse del Burguillo, en Ávila. ¿Cómo es trabajar en ese paraje natural único?
E. R.: Es una experiencia extraña. Es muy positivo, por supuesto, pero digo extraña porque nos aislamos del mundo. Estamos los niños y el equipo como en otra atmósfera en la que se respiran a veces nervios y, sobre todo, mucha aventura, porque estamos bastante tiempo aquí. Hemos creado una especie de superfamilia que habita en una isla y creo que nos va a costar adaptarnos al volver a la ciudad.
¿Es la primera vez que trabaja con niños? ¿Qué tal está siendo la experiencia?
E. R.: Yo ya había hecho talleres para niños en colegios de la Comunidad de Madrid, pero de radio. Allí grabábamos programas y redactábamos noticias, pero algo tan espectacular como esto, sí, es la primera vez.
¿Cuál es exactamente el papel que desempeña usted en el concurso?
E. R.: Soy una mediadora en realidad. Soy mitad narradora, mitad mediadora y estoy ahí para que ellos se expresen lo mejor posible, para sacar lo mejor de ellos y para darles las indicaciones, pero vamos, que todo lo demás lo hacen ellos. Menos mal que yo no tengo que hacer las pruebas porque entonces tendríamos problemas.
¿Usted habría participado de pequeña en un concurso como La isla del héroe
E. R.: Sí, por supuesto. Yo lo pienso constantemente, pero los niños que han venido son tan habilidosos que yo creo que no tendría ninguna posibilidad de competir con ellos. Además, tengo una broma con los padres a los que siempre les digo: 'Yo a la edad de estos niños comía arena en los parques', o sea, me montaba en los columpios y poco más. Pero sí que me hubiese encantado, claro, por supuesto.
Se define a sí misma como "perioartista". ¿Por qué?
E. R.: Porque antes de estudiar Periodismo probé suerte con Bellas Artes. Una vez, hablando con un amigo hicimos una coña porque siempre estoy intentando crear cosas; me encanta la fotografía, el vídeo, la escritura… La mezcla nos gustó y ya me lo quedé. Y dije, bueno, pues perioartista.
Usted ha trabajado como reportera, presentadora de informativos, locutora de radio… ¿Alguna vez se había enfrentado al reto de presentar un concurso de televisión?
E. R.: No. La verdad es que fue una sorpresa y un reto para mí. Había presentado más formatos, pero eran menos vivos que éste. Aquí al final puede pasar cualquier cosa y, aunque no es en directo, que es una grabación, es un programa en el que somos el conjunto de muchas personas a la vez. Es más complicado mantener muchas veces un orden. Pero bueno, los niños son muy respetuosos, te respetan mucho cuando hablas y me lo están haciendo muy fácil, la verdad.
¿En qué formatos le gustaría trabajar en el futuro?
E. R.: La verdad es que estoy un poco abierta a lo que venga, como esto, que me vino así por sorpresa y me ha resultado una experiencia grandísima e inolvidable. No me cierro a nada, pero sí que tengo bastante claro que en el mundo de la televisión me siento muy cómoda, estoy muy a gusto y lo disfruto. Entonces, si puede ser hacia ese sector me encantaría.
¿Tiene algún otro proyecto en marcha?
E. R.: Lo tengo sin confirmar, así que no sé si debería decirlo, pero me ha salido un proyecto de informativos que quizás lo haga este verano. Y en septiembre me iré. Me lo tienen que confirmar, pero trabajo con Sony, con AXN en concreto, haciendo unos making off de series en el extranjero. Vamos allí, entrevistamos a los actores, al equipo… Es otro de mis trabajos preferidos, aparte de una de las experiencias que más estoy disfrutando, y con ellos sí que tengo pendiente un viaje, así que a tope.