España es un país de apasionados contrastes en el que cada uno de sus 46 millones de habitantes opina sin reservas sobre todo lo humano y lo divino en los más diversos foros: en casa, en el trabajo, en el bar, con los amigos, en la calle. Les encanta arreglar el mundo, crear la alineación futbolística perfecta, aconsejar a los famosos lo que tienen que hacer con sus vidas, repartir con buen criterio los presupuestos generales del Estado... Porque si algo tienen, o creen tener, al hablar es una cualidad indispensable para todo opinador que se precie: sentido común.
Lo más destacado de la semana en política, deporte y vida social; los temas más comentados en las tertulias de los medios, las casas, los gimnasios y las redes sociales; asuntos cotidianos y las hazañas de los personajes más populares del momento serán comentadas por gente corriente de distintos puntos de España en Sentido común, espacio Sentido comúnen clave de humor que Telecinco.
Producido por la cadena en colaboración con Boxfish (Héroes, más allá del deber), Sentido común es la adaptación española de Common sense, un formato de Studio Lambert emitido en Reino Unido (BBC Two) y Australia (Network Ten), cuya adaptación para Estados Unidos está preparando la cadena NBC.
Sentido común estará protagonizado por un casting -dúos y tríos de amigos, familiares o compañeros de profesión, situados principalmente en sus lugares de trabajo- que compartirán con los espectadores sus puntos de vista sobre los temas de la actualidad. Sus charlas informales y genuinas, recogidas sin filtros, serán la clave del programa porque... ¿Quién no se ha enganchado alguna vez a una conversación ajena?
La tensión entre Estados Unidos y Corea de Norte, Donald Trump, el desnudo de Alba Carrillo en Instagram, la calidad de las universidades españolas y el fenómeno Despacito serán algunas de las cuestiones que vertebrarán la primera entrega.
Estos serán algunos de los expertos que comenten la actualidad periódico en mano:
Virginia (48 años) y Filo (48): unidas por su trabajo
De fuerte carácter y presumidas, Filo y Vir, de profesión barrenderas, son dos hermanas de temperamento vivo que no reparan en palabras ni en gestos cuando se enzarzan en una discusión. Sus vidas humildes y sus sorprendentes experiencias personales las han convertido en dos mujeres capaces de enfrentarse a todo y a todos con la palabra y con sentido del humor.
Emilio (77), Mª Jesús (75) y Sofía (22): orgullosos abuelos y su nieta
Se conocieron a los siete años en la escuela y, desde entonces, nunca se han vuelto a separar. Con 53 años de matrimonio, tres hijos y cinco nietos, Emilio y María Jesús regentan una tienda de reprografía desde hace más de 30 años en la que Sofía, una de sus nietas, les ayuda cuando acaba de estudiar. Con la visión moderna y liberal propia de su edad, Sofía no entiende ni comparte muchas de las ideas de sus abuelos pero les ayuda a comprender este mundo que tanto y tan rápido ha cambiado.
Jesús (54), Lucas (50) y Juan (48): amigos y socios
Pintores de profesión, para ellos su vida es trabajar y van donde les llamen, aunque tengan que recorrer muchos kilómetros en carretera. Sencillos y modestos, su objetivo principal en la vida es dar un futuro a sus hijos pero, con la crisis, lo ven muy complicado. Les gusta salir a tomar cañas juntos y hablar de sus vidas, su familia y sus mujeres. Les preocupa la situación política y les molesta mucho el intrusismo en su sector.
Urru (26) y Axler (29): compañeros de ambulancia
Desde hace cinco años comparten turnos de 24 horas en la ambulancia que conducen y las conversaciones eternas, la tensión de su trabajo y el tiempo compartido les ha unido en una gran amistad. Enamorado de su trabajo, Axler, que acaba de ser padre, posee también una prometedora habilidad como monologuista y mago. Urru, por su parte, es un joven sencillo, directo y con las ideas claras que se considera afortunado por haber nacido en el epicentro del universo: Bilbao.
Mario (22) y Yasmine (22): unidos por el pesimismo existencial
Se conocieron en la universidad hace poco menos de un año, pero se compenetraron tanto que ya se han ido a vivir juntos. Anarquista él y comunista ella, ambos piensan que viven en una sociedad vacía y que la civilización se dirige directa al abismo. No dudan de que somos víctimas de mil y una conspiraciones y creen que hay una élite que ejerce un poder superior y sobrenatural sobre la población mundial. Les encanta filosofar sobre la negrura del futuro.
Carmen (39) y Ana (43): hermanas y compañeras
Pasan la vida juntas trabajando en la administración de lotería de su familia y se llevan muy bien, pero discuten constantemente porque tienen caracteres completamente diferentes. Ana es optimista y se conforma con lo que tiene: su trabajo, su piso en Vallecas y sus vacaciones en la playa. Carmen es inconformista y anhela un chalé con piscina, viajar en primera clase y veranear en un hotel de cinco estrellas. Sin embargo, ambas comparten la idea de vivir el día a día y gastarse todo lo que tienen, porque la vida es una lotería y puede que mañana pase algo... y no sea precisamente que toque "el gordo".
Domingo (44) y María (52): hermanos, chinos y españoles
Domingo es un chino cordobés entusiasta del aceite de oliva virgen extra y del Rey Felipe VI, entre otras cosas. Su hermana María, de pocas palabras, tiene una tienda de carcasas para móviles en Madrid. Él es optimista, andaluz de los pies a la cabeza y ama España sobre todas las cosas. Su hermana escucha atentamente cuando a su hermano le da por hablar sin parar y escucha en silencio pero, cuando interviene, resulta muy contundente, con un categórico "sí" o un enérgico "no".
Mónica (45) y Adriano (11): madre e hijo
De familia acomodada y conservadora, Adriano recibe una educación exquisita en un colegio madrileño de élite, está perfectamente informado, sabe de muchos temas y habla tres idiomas. Todas las mañanas ve el informativo y analiza la situación política con su madre, que reconoce que su hijo siempre ha sido diferente al resto de los niños pero se enorgullece de él.
Saray (27) y Daniela (50): madre e hija
Saray y su madre son de Las Palmas de Gran Canaria, pero residen en Madrid. Saray trabaja como azafata de eventos y es muy vehemente y explosiva; su madre podría tratar de apaciguarla cuando se enciende, pero suele avivar más el incendiario discurso de su hija. Ambas son budistas, republicanas y su fuerte carácter suele salir a relucir con solo mencionar determinadas cuestiones, principalmente las que entran en conflicto con sus ideas.
Pedro (67) y Rubén (63): amigos y ganaderos
Trabajan como ganaderos en la sierra madrileña y viven entre vacas, bueyes, encinares de chaparro, tomillares y jarales. En este entorno pasean juntos y pasan las horas, lejos de la actualidad y la tecnología, lo que les confiere una sobria visión del mundo y un punto de vista nada edulcorado. Tanto es así, que se sienten muy lejanos de los cambios de la sociedad y no entienden en absoluto a los millennials.
Jesús (47) y Carlos (27): tío y sobrino
Jesús es un hombre que se ha ido reinventando a lo largo de toda su vida. Ahora tiene un camión pequeño con el que hace mudanzas y transportes y ha tomado a su sobrino Carlos como discípulo para que vaya aprendiendo un oficio y encuentre su lugar en la vida. Juntos recorren miles de kilómetros por toda España con la única compañía de la radio, lo que les lleva siempre a participar en grandes debates dialécticos cual tertulianos.
Sandra (22) y África (23): best friends forever
Sandra y África son dos amiguísimas que no pueden vivir la una sin la otra. Millennials, instagrammers e influencers, les entusiasma cantar, bailar, divertirse hacerse selfis y comentar todo con la superficialidad y el desenfado de sus escasos 20 años. África intenta tener los pies sobre la tierra, pero le cuesta porque Sandra le llena la cabeza de pájaros