Aves carroñeras y ventiscas ponen a prueba el 'Espíritu salvaje'
La cordillera pirenaica es el escenario de la sexta entrega de Espíritu salvaje. El domingo 20 de agosto, los espectadores podrán comprobar en Cuatro (22.45) el nuevo reto de la familia Canela-Margarit: fotografiar en pleno vuelo al quebrantahuesos, un ave carroñera cuya población queda reducida a pequeñas zonas de montaña repartidas entre los Pirineos y la meseta de Anatolia.
La misión de Espíritu salvaje en Pirineos es encontrar al quebrantahuesos, uno de los buitres más espectaculares del planeta que se encuentra en peligro de extinción. Recibe su nombre por su costumbre de tirar huesos desde lo alto para romperlos contra las rocas.
A 3.000 metros de altura se encuentra el refugio de Tabernés, próximo al lugar en el que viven estos buitres. Allí hará noche la familia, aunque con poco ánimo: las previsiones de ventisca para los días siguientes no son demasiado buenas para el avistamiento, ya que con nieve los quebrantahuesos no vuelan.
Andoni decide entonces salir a por sarrios, parecidos a los corzos. Distraídos por la búsqueda, se alejan demasiado del refugio, pero la experiencia del fotógrafo les permite localizar la cabaña para regresar.
Como el mal tiempo arrecia, se acercan a Buseu, donde un naturalista amigo de Andoni Canela regenta un muladar, una zona acondicionada especialmente para depositar cadáveres con los que alimentar a las aves carroñeras. Tras largas horas de espera, llega un majestuoso ejemplar y logran fotografiar a los distintos animales juntos.
Pero Andoni, no del todo satisfecho, tendrá como objetivo fotografiar al buitre en pleno vuelo entre las cumbres. En un último intento, deciden subir al mirador de Mondoto, pero el ascenso es duro y llegar hasta la cumbre no resultará fácil a todos los miembros de la familia.