El pasado mes de mayo tuvo lugar una visita histórica que puede suponer un punto de inflexión en el devenir del conflicto que mantiene enfrentados a Israel y Palestina y las relaciones entre las tres religiones más importantes del mundo: el papa Francisco, máximo representante de la Iglesia Católica, realizaba su primer viaje oficial a Tierra Santa. Un viaje repleto de gestos y actos simbólicos en los que primó una llamada a la paz, a la reconciliación entre pueblos y religiones y al diálogo y la palabra por encima de las armas y la violencia. Gestos que continuaron días después con otro histórico encuentro: Mahmud Abas, líder palestino, y Shimon Peres, presidente israelí, compartieron paseo y confidencias con el Pontífice en El Vaticano.
Ahora, por primera vez en España, este domingo 15 de junio, a partir de las 22.55, Cuatro emite la entrevista concedida por el Papa Francisco al periodista Henrique Cymerman.
Un encuentro único y excepcional donde el Papa mostrará su lado más cercano y abordará temas como los fundamentalismos, la pobreza dentro del seno de la Iglesia, su proyección como un "Papa revolucionario", la seguridad y el protocolo que rodea sus intervenciones o la independencia de Cataluña. También habrá tiempo para temas más distendidos, como la música, el fútbol y hasta algún chiste con un toque de humor negro.
La entrevista estará precedida por un prólogo a cargo del periodista Roberto Arce, quien pondrá en contexto la estrecha relación que une a Jorge María Bergoglio y Henrique Cymerman, así como las distintas etapas de colaboración previas que han permitido la consecución de esta entrevista.
Un sencillo despacho, una mesa de escritorio despejada, un fondo neutro sin apenas distracciones... Así es el entorno en el cual se encuadra la entrevista concedida por el Papa Francisco. "Nunca pensé que me iban a dejar acá. Me vine con una valija pequeñita, para volverme enseguida (...) La dimensión de párroco es la que más muestra mi vocación. Servir a la gente. Me sale de adentro. Apagar la luz encendida para no gastar plata (...) Sentirme Papa me hace tomarme las cosas con seriedad (...) no hay que jugar a ser el Papa párroco, eso es inmaduro (...) La actitud de Papa no se lleva dentro, va saliendo con otros gestos. Yo tengo que cumplir con unas obligaciones, si viene un jefe de Estado, tengo que recibirle con el trato y el protocolo que se merece, aunque es verdad que con el protocolo tengo problemas", explica entre risas el pontífice.
A lo largo de la entrevista, esa claridad de la que hace gala el Papa se dejará entrever en los muchos y variados temas que Henrique Cymerman le pone encima de la mesa. Estos son algunos de los temas que saldrán a relucir y algunas de las declaraciones del pontífice:
Sobre la violencia en nombre de Dios: "Es una contradicción. Es como si me dijeran 'Este hombre es un buen hijo, le pega a la madre solo tres veces por día'. (...) Con reconocimiento histórico, los cristianos a veces hemos practicado la violencia en nombre de Dios. (...) A veces, por la religión llegamos a contradicciones muy serias".
Sobre la Segunda Guerra Mundial: "Me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se lo toman contra la Iglesia, Pio XII.... ¿Y las potencias? Las grandes potencias conocían perfectamente la red ferroviaria con la que llevaban a los judíos a los campos de concentración. Tenían las fotos. No bombardearon esas redes ferroviarias. Hablemos de todo un poquito, creo que hay que ser muy justo en este tema".
Sobre la persecución católica actual: "Estoy convencido que la persecución contra los cristianos es más fuerte que la de los primeros años de la Iglesia. Hoy hay más cristianos mártires que en aquella época"
Sobre la seguridad en sus desplazamientos: "Sé que me puede pasar algo, pero estoy en manos de Dios (...) Yo no voy a saludar a un pueblo y decirle que le quiero dentro de una lata de sardinas. Aunque sea de vidrio. Para mí, eso es un muro. (...) He firmado en todos los países a los que voy que yo me hago responsable de lo que me pase. A mi edad, seamos realistas, hay poco que perder".
Sobre las riquezas de la Iglesia: "No se puede entender el Evangelio sin la pobreza (...) El pueblo de Dios le puede perdonar a un pastor, a un cura, que por ahí se haya pegado un resbalón afectivo. Se le perdona. Que haya tomado un poquito más de vino. Se le perdona. Nunca le va a perdonar que esté detrás del dinero o que maltrate a la gente. Curioso como tiene el olfato el pueblo de lo que Dios le pide a un pastor (...) Jesús no quiere que seamos príncipes, quiere que seamos servidores".