La vuelta al día en cuatro bodas, las que protagonizan el lunes 3 de diciembre (22.45) en la entrega de Cuatro weddings en Cuatro:en laentrega de Cuatro weddings en el Mediterráneo con aires ibicencos, en los bosques asturianos a lo Señor de los anillosque pueda imaginarse.
Claudia es filipina y Miguel Ángel, dominicano. Ambos tienen 28 años y llegaron a Madrid siendo unos niños, pero han mantenido vivas las tradiciones de sus países, algo que se reflejará en su boda. Para poder convertirse en marido y mujer han tenido que romper muchas barreras familiares. "Mi familia es bastante tradicional, pero era el hombre de mi vida y lo tenían que aceptar", explica Claudia. Su boda civil se celebrará en un campo de golf, tendrá toques espirituales y contará con una puesta en escena muy tradicional hasta el baile final, donde el novio más sensual de esta entrega seducirá a Claudia y a todas las invitadas. Los novios pondrán la guinda al enlace con una coreografía grupal que dejará a los invitados con la boca abierta.
La ermita de Rocío en Huelva es el escenario que han elegido José Manuel y Loli, la novia más "sargenta", para casarse, ya que ambos son muy devotos de la Virgen del Rocío. "Lo he decidido yo, él no quería casarse. Le he cogido como los muñequitos de la tarta, con una cuerda. Vámonos, que nos vamos para el Rocío que nos vamos a casar". Y hasta allí nos vamos, a lo que promete ser una misa religiosa. Un enlace lleno de sevillanas, una danza con un caballo, sentimiento rociero al son del tamboril y unas moscas que no quieren perderse el banquete: una boda del sur en toda regla.
"Nuestra boda va a ser diferente porque es un ritual celta. No me casa un cura, no me casa un concejal, nos casa una druida". Así define Eirín, de 35 años, la boda que ha soñado para ella y David, de 40 años. Ambos viven en La Coruña, pero han elegido un lagar asturiano para celebrar su mágica boda. ¿Cómo llegarán hasta allí sus rivales? En tractor, por supuesto. El enlace matrimonial se oficiará según el rito ancestral de los celtas, algo que a sus rivales "les da mal rollo". De entrada, vestirse de celtas les parece como de El señor de los anillos. Será una boda rompedora que empezará con mal pie. ¿Anillos?, mejor tatuajes. ¿Tarta de nata?, mejor de espuma de afeitar. Tanta originalidad provocará que sus rivales quieran salir despavoridas como ninfas por los bosques.
Por último, Sara y Eros se casan en Vinaroz (Castellón) tras seis años de noviazgo y un hijo en común. Fue ella la que se decidió a pedirle matrimonio: "le pedí yo que nos casáramos porque él me lo había propuesto varias veces y siempre le había dicho que no". Su boda será una ceremonia civil a pie de playa, con una temática ibicenca para la que se recomienda ir vestidos de blanco y en la que ellos mismos han preparado todo con el más mínimo detalle, incluida la manicura de la novia. La celebración será algo desorganizada, según sus rivales, pero tendrá la invitada que todo el mundo necesitaría en su boda: Otilia, la abuela de la novia. ¿Cómo van a vivir las rivales esta experiencia tan peculiar?