Cuatro busca al cocinillas más 'tróspido'
¿Qué debería tener la velada perfecta? Un exquisito menú capaz de sorprender y enamorar a los paladares más selectos. Una mesa decorada de manera elegante y funcional. Un ambiente acogedor que estimule los sentidos. Y sobre todo un anfitrión listo para agasajar a sus comensales, ofrecerles una agradable conversación y una divertida sobremesa. Una combinación de ingredientes en apariencia sencilla, ¿no? Pues no lo es en absoluto. Organizar una cena implica mucho más que saber cocinar y las complejidades de su elaboración quedarán de manifiesto cada tarde en Ven a cenar conmigo, el concurso diario que Cuatro. Como aperitivo, la cadena estrena el lunes 18 en prime time.
Cinco perfectos desconocidos se dan cita cada semana en cinco veladas consecutivas con el objetivo de descubrir quién de ellos es el mejor anfitrión. Sus habilidades a los fogones se verán complementadas (o no) por sus personalidades. De su capacidad para preparar una cena, crear el ambiente idóneo y conquistar a sus compañeros depende que se lleven el premio que se repartirá cada viernes: 3.000 euros.
"Los seres humanos llevamos siglos relacionándonos y disfrutando en torno a una mesa y a la comida", explica Pablo Abelenda, productor ejecutivo del programa. "Pequeñas trifulcas, conversaciones desopilantes, grandes historias de amor o amistades eternas han surgido de una buena velada entre amigos o desconocidos. En Ven a cenar conmigo los espectadores descubrirán que en 2017 el patrón sigue repitiéndose. Y lo veremos de la manera más divertida que pueda imaginarse".
Ven a cenar conmigo parte de una receta sencilla en apariencia, pero de enorme complejidad en su elaboración. Cada semana, de lunes a viernes, cinco personas anónimas competirán entre sí por erigirse en el mejor cocinero-anfitrión de la velada y ganar los 3.000 euros de premio.
A través de cada entrega, los espectadores se adentrarán en los hogares de los concursantes, donde cada día su dueño recibirá a sus compañeros de competición y les obsequiará con un menú de su propia elaboración y una velada en la más agradable de las compañías. Sus virtudes como chef, su gusto preparando la mesa, su saber estar y su manera de comportarse serán tenidos muy en cuenta a la hora de emitir una puntuación. Al finalizar la cena y de regreso a sus propias casas, cada uno de los comensales evaluará de manera secreta e individual al anfitrión del día. En la última cena de la semana se desvelará la clasificación final y se proclamará al ganador de la semana.
Y es que en Ven a cenar conmigo el ganador será elegido por los propios participantes, lo que les obligará a esforzarse no sólo cuando actúen como anfitriones, sino también cuando sean simples comensales, pues todos ejercerán de jueces y todos serán juzgados.
¿Quién fingirá cordialidad y buenas maneras sólo para ganar votos? ¿Quién no dudará en ser fiel a sus principios aunque eso le reporte una mala puntuación? ¿Sabrán resistir la presión de cocinar para sus invitados sabiendo que hay 3.000 euros en juego? ¿Habrá romances entre desconocidos que se conquistan por el estómago? ¿Y lágrimas?
Todo evento requiere de un organizador que presente a los invitados, controle los tiempos y se preocupe por mantener la diversión en todo momento. En Ven a cenar conmigo estas funciones correrán a cargo de una voz en off de auténtico lujooff de auténtico lujo, capaz de aplicar su particular receta a cada una de las veladas: Luis Larrodera.
El veterano presentador y locutor de radio no sólo irá desgranando cada uno de los detalles que vayan jalonando los encuentros del concurso, sino que además se permitirá improvisar surrealistas diálogos con los concursantes (que por supuesto no sabrán que se están produciendo) y aportar el toque de humor e ironía necesarios para convertir las cenas en divertidas experiencias televisivas capaces de provocar la risa entre los espectadores.
"En Ven a cenar conmigo puedo comportarme como ese aprendiz de chef que le va añadiendo a cada plato su toque personal. Puedo ponerle algo de dulce a los momentos más tiernos del programa, echarle picante cuando la situación suba de intensidad y, sobre todo, mucha sal y pimienta para que las cenas resulten de lo más divertidas y todos los que disfrutemos viéndolas", adelanta Larrodera.
Ven a cenar conmigo llega a Cuatro precedido del éxito internacional: es uno de los formatos más adaptados por las televisiones de todo el mundo, con versiones en más de 40 territorios, la última realizada en Mongolia. En la actualidad, Alemania emite su 17ª temporada, mientras que Francia alcanza su décima edición. El formato Come dine with me, original de Reino UnidoCome dine with me, se ha exportado también a Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Italia, Bélgica o Irlanda, entre otros.
A Cuatro llega de la mano de Warner Bros. ITVP España, un tándem de éxito responsable de algunos de los espacios más divertidos e innovadores de la televisión actual, como First dates o Quién quiere casarse con mi hijo. La impronta como narrador de Luis Larrodera, la edición, la música y la postproducción dotarán a este concurso de una personalidad propia y a la vez reconocible para el espectador.
"Adaptar Come dine with me está siendo un desafío importante para nosotros, con el que estamos disfrutando mucho", explica Sebastián Moguilevsky, director general de Warner Bros. ITVP España. "A la fuerza del formato nosotros le estamos imprimiendo nuestro toque personal, en el que las grandes dosis de humor se suman al entretenimiento. Y eso es lo que va a encontrar el espectador de Cuatro en Ven a cenar conmigo. Además, no sólo nos centraremos en las capacidades culinarias de los concursantes, sino que también pondremos el foco de interés en las relaciones que se establecen entre ellos, subrayadas con nuestra forma de editar y musicalizar como parte del contenido".
Ven a cenar conmigo llega a Cuatro el lunes 18 de septiembre con una entrega inaugural en prime time. Tras su estreno, la cadena ofrecerá a partir del martes 19 de septiembre una entrega diaria (de lunes a viernes) a las 20.30.
En esta primera semana, la Comunidad de Madrid será el punto de conexión de los cinco concursantes. Quizá el único, pues sus cinco personalidades son tan dispares que les resultará difícil encontrar algo en común que les una durante cinco veladas. Al menos en apariencia, porque según transcurran los días, la complicidad entre algunos de ellos irá en aumento...
La primera participante, encargada de inaugurar el programa como anfitriona, es María Elena, una italiana enamorada de Madrid. Extrovertida, inteligente y, según ella, humilde, está convencida de que sus armas de seducción pueden ser una buena baza para ganar el programa.
Sonia, una mujer vitalista e irreverente, parece estar inmunizada contra los encantos de María Elena. Apodada La Bicho, Sonia no se conforma con cualquier cosa y aunque se define como correcta y educada, admite que si se meten con ella no duda en sacar su vena más salvaje.
Marisa, la tercera en discordia, es licenciada en Derecho, pero su formación no acaba ahí: fue procuradora y estudió música, danza y psicología, conocimientos que piensa emplear para ganar el concurso. Su empeño por desentrañar la personalidad de cada uno no será del agrado de todos sus compañeros.
Víctor, un joven serio y bastante comedido, se define como un hombre exigente y muy comedido. Sin embargo no tardará en demostrar que bajo esa apariencia de tipo duro se esconde un ser mucho más sensible de lo que parece.
El último comensal es Jacobo, un emprendedor muy observador y decidido. Se define como un hombre muy activo y confía mucho en sus posibilidades para hacerse con la victoria en el programa. Estratega declarado, parece no perder la paciencia jamás.