La verdadera convivencia de solteros, madres y pretendientes está a punto de comenzar. Pero antes hay que llegar al destino: la casa de los solteros. Es hora de hacer las maletas y comenzar una road movie de uñas afiladas y eliminaciones a mitad de camino que dará lugar a una de las entregas más impredecibles de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, el 2 de octubre, a partir de las 22.45, el dating presentado por Luján Argüelles en Cuatro.
El microbús de Pepe y Joki cargado de glamour y alguna que otra rencilla entre sus pretendientes. Dos de los candidatos de Pepe harán más que visibles sus diferencias y montarán un espectáculo que éste no estará dispuesto a tolerar.
Pepe se verá obligado a dejar a uno de sus candidatos a medio camino, no sin antes darle un metrobús para que regrese a casa,
algo complicado cuando uno va cargado de maletas. En medio del trayecto, harán una parada obligada en un lugar de La Mancha famoso por ser el lugar de nacimiento de Sara Montiel, a la que Joki adora.
Al final del viaje, Pepe hace una revelación sorprendente: una parte de su cuerpo puede lavarse en la lavadora.
Fernando está deseando volver a su tierra y enseñar Jerez de la frontera a sus chicas. En el camino, no faltará el vino fino y el buen jamón. En pleno trayecto, madre e hijo sorprenderán a las féminas con una misión: coger cerezas en el campo para ver si son fuertes y trabajadoras.
Durante el viaje habrá más de un acercamiento entre el gaditano y sus chicas, una de las cuales tendrá que decir adiós a la gracia flamenca de la aventura.
Jaime ha elegido el tren para llevar a sus pretendientas porque, como modelo internacional, él tiene sus manías a la hora de viajar. Tras la primera parada, los celos y las rencillas entre las chicas vuelven a aflorar. La excursión que María les ha preparado antes de llegar a casa será el punto de inflexión para que Jaime tome una decisión importante.
Las pretendientas de Jesús lo tienen todo listo para viajar para Asturias. Mientras él va en coche con dos de las chicas, el resto hará lo propio con Mari Cruz en lo que llamarán la caravana del amor. Pero una parada para estirar las piernas en un bar motero provocará que las chicas empiecen a afilar sus garras. Y todo por un beso.
Sólo cuatro de las cinco que viajan llegarán a Asturias y conocerán a uno de los verdaderos amores de Jesús: su chihuahua Lola.
Por último, David y Charo recogen a las chicas para viajar sin sospechar que una verdadera batalla está punto de
estallar.
Pasarán la noche en un hotel, donde las pretendientas descubrirán que una de ellas se ha besado con David. La guerra no ha hecho más que empezar y tendrá, entre otros escenarios, el casco histórico y, en este caso un poquito histérico, de Pinto (Madrid).