Cuatro parejas luchan por el hogar de sus sueños en '¡Esta casa va a ser mía!'
Cuatro parejas de constructores amateurs Todos ellos son los protagonistas de ¡Esta casa va a ser mía!, concurso de restauración inmobiliaria en el que tendrán que reformar cuatro inmuebles en ruinas en el corazón de Vancouver. Este formato de producción canadiense arranca su andadura en Divinity el jueves 2 de agosto a las 23.00, sumándose a la escogida oferta de contenidos del sello Boom my room by Divinity Home.
El canadiense Cameron Mathison, nominado en 2005 al Emmy al Mejor Actor Secundario de Serie Dramática por su interpretación en nominado en 2005 al Emmy al Mejor Actor Secundario de Serie Dramática Todos mis hijos, en el que los participantes tendrán que transformar, habitación por habitación, una vivienda sumamente deteriorada para convertirla en la casa de sus sueños, que podría ser suya si el jurado de expertos del programa determina que su remodelación es la más sobresaliente.
Cuatro casas ruinosas de Vancouver son salvadas de la demolición para ser objeto de un proceso de remodelación exprés a cargo de cuatro equipos de reforma amateurs Cada vivienda será trasladada de su emplazamiento original a otro enclave de la ciudad, donde las cuatro parejas de concursantes llevarán a cabo una remodelación integral.
Creatividad, habilidad constructiva y trabajo en equipo serán las principales armas de las distintas parejas de concursantes, que tendrán ocho semanas para completar las labores de renovación, tanto del exterior como del interior de la vivienda. Cada semana afrontarán una prueba y el equipo que mejor la culmine será recompensado con materiales que les acercarán a su gran sueño: lograr el gran premio, su propia casa.
En la primera prueba del concurso, conscientes de que disponen de pocas semanas para renovar completamente una casa en ruinas, los participantes comienzan a establecerse en el lugar en el que tendrán que remodelar el inmueble mientras se preparan para acometer su primera prueba: la reforma del salón en un plazo de 72 horas. Sorpresas, falta de sueño y complejos ensamblajes dificultarán la labor de construcción de los distintos equipos.