En un gesto inédito para un profesional con su responsabilidad, Pedro J. Ramírez ha presentado a su nueva pareja, la abogada Cruz Sánchez de Lara, menos de una semana después de que trascendiera la separación de su compañera de las últimas tres décadas, Ágatha Ruiz de la Prada. Para ello se ha servido de un tuit -una foto de ambos en un acto público, junto a la que ha escrito "A la sombra de un león"- y de un artículo en la web que dirige, El Español, donde hay que leer entre líneas.
El título: "Pedro J. cuelga en Twitter una foto con Cruz Sánchez de Lara, abogada y activista pro Derechos Humanos. También ha tuiteado su perfil en Amazon como presidenta de THRibune y autora de libros sobre violencia de género y empresa periodística".
Deja así claro el veterano periodista que no es una cualquiera la que ocupa su corazón en sustitución de la diseñadora de corazones y nubes, que el viernes 4 de noviembre reconoció la ruptura.
Ésta se habría producido por sorpresa tras posar el 28 de octubre para Vogue, en un reportaje para el número de diciembre en el que aparecerán como una familia feliz junto a sus dos hijos, Tristán y Cösima.
Dos días antes de esa sesión, el 26, es cuando Pedro J. y Sánchez de Lara participaron en el acto público cuya imagen ha aprovechado Ramírez para anunciar el noviazgo.
Fue la mesa redonda sobre los problemas del empleo que Sánchez de Lara moderó dentro del simposio Modernización y reformas, organizado por El Español con motivo de su primer aniversario. Ella forma parte del Consejo de Administración del El Español representando al empresario colombiano Carlos Mattos.
Cruz Sánchez de Lara, de 44 años -20 años menos que él-, es socia de un despacho de abogados con oficinas en Madrid, Sevilla y Granada. Preside la organización filantrópica internacional THRibune (Tribune for Human Rights), dedicada a la defensa de los derechos humanos. En especial se ocupa de la emponderación femenina.
Calificada por expertos del corazón como Pilar Eyre como la "Amal Clooney nacional", Sánchez de Lara es miembro de las directivas de organizaciones como Alianza para la Solidaridad, Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género e International Justice Watch. Ha desarrollado proyectos humanitarios en Argelia, Argentina, Colombia, República Dominicana, Egipto, Guatemala, Israel, México, Palestina y Siria.
Su nombre apareció en un proceso por denuncias falsas por violencia de género, un caso finalmente archivado.