Martin Sheen es un padre al que le duele su hijo. El veterano actor estadounidense atraviesa un duro momento personal, no solo porque se recupera del doble bypass al que se le sometió el pasado mes de diciembre; también por la complicada situación clínica de su hijo Charlie Sheen.
El ganador de un Globo de Oro por El ala oeste de la Casa Blanca es un hombre de fuertes convicciones religiosas y asegura rezar por su vástago, según desvelaba a Radio Times. "Lo que él está pasando en estos momentos... Nos sentíamos impotentes por no poder hacer mucho. Salvo rezar por él y animarle. Uno trata de estar lo más presente posible; pero hay que ser consciente de las circunstancias. Hay que ser consciente de muchas cosas de las que el público no es consciente", señalaba el veterano intérprete.
Unas declaraciones que llegan horas antes de la publicación de un nuevo testimonio de Charlie Sheen, en el que califica de excelente la relación con su progenitor. "Ahora somos mejores amigos que antes. No nos juzgamos el uno al otro. Nos lo pasamos bien cuando estamos juntos. Obviamente, no estamos de acuerdo en todo. A ver, ¿lo están algún padre e hijo? Él es un tipo especial y tengo mucha suerte de tenerle a mi lado", revelaba al doctor Mehmet Oz en una entrevista.
En la misma charla, la estrella de 50 años habla también de sus fracasados matrimonios con Donna Peele, Denise Richards y Brooke Mueller y culpa de sus tres divorcios a sus múltiples adicciones. "Mi adicción no ayudó. Para empezar, ni siquiera sé si estoy hecho para el matrimonio. De momento pierdo 0 a 3. Sencillamente, no se me da bien. Tengo unos hijos maravillosos como resultado de ello. De eso no me arrepiento... Denise y Brooke lo están haciendo lo mejor que pueden y las dos son unas madres estupendas, aunque no siempre nos entendamos", confesaba el protagonista de Dos hombres y medio.
De lo que sí se arrepiente es del tratamiento alternativo que buscaba para tratar su contagio de VIH hace unas semanas en Baja California (México). Según The Telegraph, Charlie viajó al país vecino para probar con la medicina propuesta por el doctor Samir Chachoua, consistente en una serie de inyecciones y análisis de sangre, que no solo no dieron resultado, sino que aumentaron la carga viral cuando sus médicos aseguraban que los niveles eran casi indetectables.