Mario Casas vacila sobre su beso a Blanca Suárez: "No soy yo"
Mario Casas no para. Solo unas semanas después de acabar el rodaje de la película El fotógrafo de Mauthausen, el actor vuelve al trabajo en televisión con un thriller con toques eróticos para Movistar+, Instinto.
Al éxito profesional se suma el personal. Aunque como siempre discreto con su vida privada, prefirió no hablar sobre su historia de amor con la actriz de Los nuestros Blanca Suárez sacó su lado más bromista al asegurar que el que aparece en las fotos que publicó la revista Corazón besando a su compañera de las fotos que publicó la revista CorazónEl barcoEl bar.
Difícil tomarle en serio, pues aunque en el beso solo se ve de frente a la chica, a él -como se puede ver bajo estas líneas- se le identifica por la cazadora que días antes llevaba en el restaurante chino donde la pareja compartió sobremesa.
¿Se queda sin vacaciones este verano?
Mario Casas: Ya he tenido vacaciones. Al final intento cuidarme, intento leer, ver cine o viajar... Acabé El fotógrafo de Mauthausen, había adelgazado, engordé, he estado en reposo y he cogido fuerzas para empezar.
Le quería preguntar por Blanca Suárez. ¿Cómo está?
M.C.: Ella está guapísima.
¿Van a hacer escapadita
M.C.: No puedo, estaré trabajando. Y el de la revista no soy yo, estáis confundidos, es otra persona. Estáis empeñados en que soy yo y no soy yo.
¿Le gustaría que Blanca estuviese en la serie?
M.C.: Claro que sí, ¿por qué no? Al final es una compañera, es una actriz maravillosa, fantástica y ojalá estuviese en la serie o, aunque no fuese en la serie, en otro proyecto.
En Instinto, que comienza a grabarse en junio en Madrid, Mario Casas es Marco, el hombre más deseado. Un joven empresario que lidera una de las compañías tecnológicas más exitosas del panorama internacional, ALVA, que ahora presenta en el mercado su último prototipo: CICLÓN, un coche eléctrico propulsado por turbinas que convierten el viento en energía.
Junto a él trabajan su amigo y compañero de estudios, Diego, y también la mujer de éste, Bárbara, la eficiente directora de marketing. Al equipo se incorpora Eva, una joven y ambiciosa ingeniera con mucho que ocultar, que romperá el equilibrio laboral y emocional entre ambos socios.
A pesar de su popularidad, y al contrario que Diego, Marco no es un hombre que destaque por su vida social. Es un solitario al que nadie consigue acceder desde un lugar íntimo, más allá de su psicóloga, Sara, de la que es emocionalmente dependiente. Los fantasmas de Marco son infinitos y, aunque intenta luchar contra ellos, su verdadero escape son el deporte y un club privado. En él, cada individuo se preocupa solamente de recibir placer y dar rienda suelta a sus sueños más eróticos, sin temor a enamorarse, ya que allí todo el mundo lleva el rostro oculto.
Todo cambia cuando Marco conoce a Carol, la nueva psicopedagoga de su hermano José, un joven de 18 años con autismo, con el que mantiene una relación compleja. Y con Carol también descubrirá quién es su peor enemigo… Él mismo. A su lado aprenderá que nunca es tarde para amar, aunque eso suponga sufrir.