Oprah Winfrey ha vuelto a hacerlo. Ha vuelto a conseguir que un invitado a su programa Next Chapter se sincere y hable abiertamente de sus problemas. El paso del exciclista Lance Armstrong fue uno de los más sonados cuando acorralado por las acusaciones de dopaje confesó que durante sus siete años victoriosos en el Tour de Francia se dopó por miedo a ser "un fraude" para sus hijos.
Ahora es el turno de la actriz Lindsay Lohan, de 27 años. Tras cumplir 90 días de rehabilitación, ha pasado por el plató de Oprah y sus declaraciones no han dejado indiferente a nadie.
Lindsay comenzaba la entrevista desde el minuto cero hablando con franqueza: "A pesar de sentirme feliz con mis adicciones y todo el caos que me rodeaba, inconscientemente parecía estar deseando ingresar en prisión -por posesión de cocaína en 2007- y así encontrar algo de paz".
Detrás de las palabras de Lohan parecía haber mucha madurez. "Esta vez en rehabilitación necesitaba callar y escuchar. En este caso (durante la rehabilitación) no estaba peleando en absoluto". Y es que en las otras cinco veces anteriores en las que ha estado ingresada su enfoque hacia sus problemas personales no había sido el correcto.
Además, ha reconocido: "Yo soy mi peor enemigo y ahora ya lo sé y lo reconozco".
Oprah no se andó por las ramas y le lanzó la pregunta más comprometedora de la entrevista: "¿Eres adicta?". A lo que Lohan igual de contundente le respondió: "Sí, al alcohol". Y añadió el porqué, "eso, en el pasado, era una puerta para otras cosas... Probé cocaína con alcohol".
En cuanto a la cocaína, la actriz ha dicho que la ha consumido en contadas ocasiones: "Realmente no la he probado más de 10 o 15 veces", y explica que en su primer arresto dijo que únicamente la probó tres o cuatro veces porque estaba "aterrorizada por ser juzgada".
La que fuera estrella Disney quiere cambiar su vida y sus hábitos, por eso desde que salió de sus tres meses de rehabilitación, Lohan ha contratado a un coach para que la ayude a mantenerse coachlimpia. Y como esto no es suficiente, se ha comprometido a asistir a sesiones de terapias semanales durante los próximo 15 meses.
Y es que Lindsay Lohan está arrepentida por sus frecuentes recaídas en las drogas, y según ha contado "ahora sólo tomo vitaminas".
Por otra parte, parece que la rehabilitación también le ha hecho darse cuenta de que sus padres no son los culpables de su situación y ha afirmado que muchos de sus demonios se han ido. "No culpo a nadie de mis errores. Es lo que hice y no estoy orgullosa de ello. Nadie es perfecto, amo a mi familia. No creo que nada de lo que hayan hecho fuera intencionadamente, sólo son padres".