Tras darse a conocer en la versión local de la franquicia Shore, en Gandia (Valencia), de la que salieron otros personajes televisivos como Ylenia o Abraham, el valenciano Esteban regresa al formato de MTV con la segunda temporada de la edición Super, que recluta a participantes de distintas adaptaciones del formato, que retrata la convivencia de un grupo de jóvenes que disfrutan de las vacaciones al tiempo que comparten casa.
Esteban (27 años, L'Eliana), que fue bautizado en el reality como el "gorila lomotatuado", no reniega de su faceta de concursante fiestero, aunque asume que le ha cerrado puertas de trabajos serios.
Tras pasar el verano bajo el escrutinio de las cámaras de Super ShoreEsteban emigra a México en busca de futuro.
¿Se puede encontrar el amor en televisión?
Esteban: Por supuestísimo, el amor nunca sabes dónde lo vas a encontrar. El día menos esperado vas a comprar el pan y la de la panadería está buenísima. En el programa pasa lo mismo, vas con ánimo de ser un ligón y, de repente, encuentras a una chica que te gusta muchísimo y dices: '¡Me he enamorado!'. En esta edición, entré con ganas de enamorarme...
¿Qué ha significado para usted Super Shore
E: Es un programa que gusta y al que le gustaría ir a mucha gente. Estás en una casa, sales de fiesta, la convivencia con los compañeros... Al final terminamos siendo una familia, con nuestros pros y nuestros contras, luego tienes vacaciones pagadas... Que se me entienda bien, que nosotros trabajamos y lo pasamos mal en algunos momentos. Super Shore para mí es el programa por excelencia, el mejor que existe porque no hay expulsados, es simplemente pasarlo bien y generar contenido para que la audiencia se divierta. Es como una serie, se enganchan a ciertos personajes, sin guión, espontáneo. Es la madre de los programas.
Pero, ¿le ha cerrado puertas?
E: Sí, a veces sí. Sobre todo a la hora de negociar con marcas, como en mi caso con el tema de la moda. El programa es más de desmadre que de cultura, las cosas como son. También la gente es muy hipócrita, porque todo el mundo hace lo que hacemos nosotros, lo que pasa es que a nosotros nos graban con una cámara. Sí, hay puertas que se cierran, pero tengo que estar muy agradecido por esta oportunidad. Gracias a ellos me puedo ir a México a buscarme la vida. Se me cierran puertas, pues ya se me abrirán otras.
¿Qué le ha dado y qué le ha quitado la televisión?
E: Me ha dado la oportunidad de darme a conocer tal y como soy. La gente tiene muchos prejuicios y juzga sin saber. Te ven con tantos tatuajes y ya se hacen una idea, totalmente equivocada. Me ha abierto puertas y la oportunidad de hacer otras cosas, conocer a mucha gente. Además, me ha permitido crecer en las redes sociales, que estoy muy agradecido porque tus fotos las ve mucha gente y nunca sabes quién puede verte. Todo son cosas buenas. Lo malo, pues que si vas a negociar con firmas serias, ven el programa en el que estás y se retraen. Pero soy como soy y punto...
¿Qué no haría nunca en televisión?
E: Me han ofrecido hacer películas porno y eso ni de coña. Aunque yo salga en los programas de MTV ligando, la cadena cuida siempre la imagen de todos nosotros. Se verán las sábanas moverse, pero nunca será de una manera denigrante. Es algo que valoro muchísimo. Lo del porno no me gusta, creo que eso es algo privado.
Desde que dio el salto a televisión, ¿cuál es la anécdota más surrealista que le ha sucedido?
E: Cosas surrealistas... ¡ya estamos curados de espanto!! Me espero de todo. Pues, por ejemplo, cuando le entro a una mujer lo hago bastante educadamente y con respeto, pero es que me mandan muchos mensajes, no solo mujeres, también hombres, de sus intimidades y eso me parece surrealista. ¡Ni me conoces y me mandas imágenes desnudo/a! Flipo, a veces, no me lo puedo creer. Ni les contesto. He tenido todo tipo de proposiciones... me ha pasado de todo.
¿Se ha llevado muchas decepciones con las chicas?
E: Sí, es que no sé qué pasa con las tías. Hoy en día, en el ambiente en el que me muevo a lo que aspiran las mujeres es a no pegar ni chapa, salir de fiesta, encontrar un tío con pasta y vivir del cuento. Así de claro... Sueños y metas tienen muy pocas. Y yo quiero una mujer que si se quiere bajar la luna, se la baje ella sola, que no dependa de un hombre. Entre eso, las redes sociales y la fiesta... ya no hay respeto. Enseguida se ponen los cuernos, prefiero estar solo que mal acompañado, así duermo tranquilo.
¿Ha perdido amigos por el camino o ha logrado conservarlos a pesar de la fama?
E: A ver, hay de todo. Hay gente que cuando te empieza a ir bien parece que no lo encajan, pero también hay muchos a los que se les sube a la cabeza. Sí que es cierto que he apartado a mucha gente de mi vida porque notas que no se alegran de verdad de todo lo que te está pasando. Ahí te das cuenta que esa gente no te aporta. Creo que sigo siendo el mismo, cada vez que puedo estoy con mis amigos del pueblo, me escribo con ellos muy a menudo. Humildad ante todo.
Si hay una tercera temporada del programa, ¿estará?
E: Pues... Ya se verá. Dependerá de lo que me ofrezcan y de cómo esté en ese momento. Pero siempre estaré muy agradecido con MTV y todo lo que sea trabajo, encantado. Cuando veáis el programa os sorprenderán ciertas cosas y a lo mejor te resuelvo esa pregunta.
¿Cuánto tiempo se va a México?
E: Por mí, me iría toda la vida. Vivir en el país en el que vivimos, que no tiene ni Gobierno.... Prefiero una libertad peligrosa que una esclavitud segura. En España ya sé lo que hay, aquí la gente muy formada se está teniendo que coger la maleta para que les valoren en Alemania. Este país es de pandereta. Si tienes enchufe, entras en cualquier sitio, si no te comes una mierda. Como se vive aquí en ningún lado, pero sé lo que hay, economía la justa, oportunidades lo mismo, así que me voy a un país en el que me valoran, me respetan, me admiran y soy querido.
¿Qué va a hacer?
E: Voy a buscarme las castañas y aprovechar la fama del programa allí. Estoy encantado con el pueblo mexicano porque me han dado mucho cariño, son muy amables. Me moveré por agencias y trataré de hacer contactos. Si hay la oportunidad de quedarme, me quedaré y si no, volveré aquí.