Mariló Montero ha recogido el premio a Periodista del Año 2017 por su apoyo a las donaciones de sangre. La presentadora, que se mudó a Nueva York al terminar su etapa en La mañana de La 1, no ha dudado en repasar toda la actualidad que se genera en nuestro país. Incluidos asuntos polémicos como el juicio por la supuesta violación de una joven en los Sanfermines 2016 en la tierra natal de Montero.
¿Qué opina con los sucesos que últimamente afectan a gente joven, como el juicio a La manada
Mariló Montero: ¿Qué pasa? ¿Nos hemos vuelto un poco locos? ¿Estamos yendo para atrás? ¿Las mujeres no hemos conseguido nada? En primer lugar quizás la parte positiva de toda esta desgracia terrible es que se conozca más. Los abusos hacia las mujeres han existido toda la vida, las mujeres eran objetos a los que no se les permitía trabajar, en la época medieval se las tenía como prostitutas y no se les respetaba y aguantaban matrimonios de conveniencia. Afortunadamente estamos ahora conociendo esas desgracias y nos hacen luchar contra ellas. Por eso tenemos que defender el machismo desde un buen punto de vista, que es el que los hombres nos defiendan a nosotras y un sistema educativo desde el inicio compartido y que haya igualdad desde la raíz.
¿Le ha pasado alguna vez que se haya sentido víctima de abusos?
M. M.: Yo lo he dicho siempre cuando he sido injustamente tratada en el trabajo. He contado que yo tuve un jefe que no me iba a subir el sueldo porque mi marido (Carlos Herrera) tenía dinero, y a mi compañero, que hacía menos -porque yo era la directora del programa-, le iba a subir el sueldo porque tenía dos divorcios. Yo lo he dicho siempre, cuando se me ha tratado mal en el trabajo me he ido a Recursos Humanos y lo he denunciado. Otra cosa es que en España las mujeres que han denunciado que han sido abusadas no se atreven a decir el nombre del agresor porque son ellas las que van a perder el trabajo. Aquí no somos heroínas en ese aspecto.
¿Ese miedo se lo ha trasladado a su hija (la modelo Rocío Crusset)
M. M.: A mis hijos, siempre. Tengo un varón y tengo una hembra y la educación desde la raíz ha sido el respeto hacia la persona que esté a su lado, sea quien sea y de la condición que sea. Todos tenemos los mismos derechos.
¿Le ha cambiado mucho la experiencia de vivir en Nueva York?
M. M.: Todas las experiencias cambian, hasta ser donante te cambia la vida, te hace ver a las personas de otra forma.
Un tiempo después de dejar Televisión Española
M. M.: Entusiasmada, porque estoy trabajando muchísimo, estoy muy dedicada a divulgar las cosas que desgraciadamente no salen en los medios de comunicación. La televisión quizás eclipsó lo que yo ya hacía.