Se suceden los homenajes a los medallistas españoles en Río 2016. La víspera de que se encontraran con los reyes Felipe y Letizia y la infanta Elena en el palacio de El Pardo, algunos de los deportistas se vieron con el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. No faltó Cristian Toro, oro en piragua, novio de la colaboradora de Zapeando y antes conocido por su participación en Mujeres y hombres y viceversa (Telecinco).
En el acto estuvieron presentes Mireia Belmonte, doble medallista en natación (acompañada de su novio, el piragüista Javier Hernanz, quien ha salido a desmentir el rumor de un romance con Alba Carrillo); Ruth Beitia, oro en atletismo; Carolina Marín, oro en bádminton; Maialen Chourraut, Marcus Walz y Toro, oro en piragüismo; Artemi Gavezou, plata en gimnasia; Lidia Valentín, bronce en halterofilia; Joel González, bronce en taekwondo; Carlos Coloma, bronce en ciclismo; Mario Mola, diploma en triatlón; y Javier Hernanz y Sete Benevides, diplomas en piragüismo.
Y los medallistas paralímpicos Teresa Perales, oro, tres platas y dos diplomas en natación; Gerard Descarrega, oro en atletismo; José Manuel Ruiz, plata en tenis de mesa; Alfonso Cabello, dos bronces en ciclismo, y David Casinos, bronce en atletismo.
Tras el homenaje, Toro atendió a los medios.
Enhorabuena por su resultado en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Estoy muy bien, muy feliz, muy contento de ver toda la repercusión que ha tenido. Me siento muy feliz y satisfecho porque veo que la gente valora el trabajo que hacemos. Competimos solo unos días en los Juegos Olímpicos, pero detrás hay mucho trabajo y mucho esfuerzo, muchas horas de sacrificio, y se recompensan con la medalla y con este reconocimiento en nuestro país. Es un orgullo para todos nosotros ver que tanta gente disfruta de eso.
¿Cómo ha sido la vuelta a España?
Ha sido muy caótica, la verdad. He estado un poco descolocado, no sabía muy bien cómo asimilar todo de golpe. Había mucha gente que quería estar conmigo en ese momento. Pero ahora ya un poco más tranquilo. Empiezo a asimilarlo un poco más.
Lo bueno es que su familia y su novia, Irene Junquera, lo acompañan en sus competiciones.
Sí, en Río tuve la suerte de tenerlos a ellos y pude disfrutar allí con ellos. Eso me sació un poco porque cuando te bajas del pódium lo que quieres es compartirlo. Tenerlos allí fue una fortuna.
¿Qué proyectos tiene ahora?
Ahora toca entrenar porque me da la sensación de que el rival está entrenando y me está acortando terreno. Tengo ganas de empezar a entrenar, asentarme, coger tierra y empezar a prepararme porque lo que se ve es el resultado de cuatro años.
Hay mucha gente que lo conoce por su participación en el programa de Telecinco Mujeres y hombres y viceversa
No, no me arrepiento porque creo que no he hecho nada malo. Me lo pasé muy bien. Fue un verano, era más joven y, como demuestro ahora, nunca abandoné el deporte ni los estudios. Hay muchas maneras de mirarlo y yo lo enfoco bien. Me divertí bastante.
Algunos lo llaman el tronista olímpico
Sí, pero creo que no es nada malo. No depende del sitio en el que estés, sino de quién seas. Yo estoy muy orgulloso de quién soy y me siento muy bien.
¿Cómo se compatibiliza una relación con los entrenamientos?
Por suerte, mi chica me apoya muchísimo. Ella casi siempre se desplaza los fines de semana para verme, intenta estar conmigo siempre porque, debido al régimen de concentración que yo sigo, no me puedo mover. Es ella la que viene a verme y eso se nota muchísimo. Me apoya mucho.
¿Se plantea dar un paso más en la relación, como una boda o un niño?
Tengo que ir poco a poco. Quiero seguir trabajando y hacer las cosas bien; andar con pies de plomo.
¿No lo descarta para un futuro?
No, no lo descarto. Soy muy familiar, me gustan mucho esas cosas, pero estoy en pleno apogeo deportivo y tengo que aprovecharlo.
¿Qué ha aportado Irene Junquera a su vida?
Muchísima estabilidad. Me ha ayudado muchísimo a trabajar en el día a día porque al pódium te subes solo, pero hay muchísima gente detrás que ha influido para que tu estés ahí. En este caso, Irene. Eso solo lo sabe el deportista, sabe la gente que ha estado con él en el día a día e Irene es una de esas personas.