Naoufal Azzouz, actor de la serie de Telecinco El Príncipe, ha sido detenido en una operación de la Guardia Civil tras la que ha sido desarticulada una organización criminal de narcotraficantes dedicada a introducir grandes cargamentos de hachís y que utilizaba como punto de alijo un estero ubicado en Chiclana de la Frontera (Cádiz).
En el marco de la operación Yupi se han intervenido en total 4,2 toneladas de hachís y han sido detenidas 11 personas, incluido el actor de la serie emitida en Telecinco. Entre los arrestados, también figuran dos marroquíes de la barriada ceutí de El Príncipe
Según ha detallado el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, en rueda de prensa, también han sido intervenidos vehículos, documentación y numerosos efectos, entre los que se incluyen varias armas de fuego, como un revólver del calibre 357 magnum, y una escopeta de fabricación casera.
La operación se inició en el mes de diciembre de 2015, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la existencia de una organización que podría intentar introducir una serie de alijos por la zona de caños y esteros de Chiclana, realizando los miembros de la organización labores de alijo y guardería, aunque la información con la que se contaba era escasa.
Por tales hechos, se intensificaron las labores policiales y de información en toda la zona, dando como resultado la localización de una guardería ubicada en un chalet de la localidad donde se detuvo al "guardador", y se incautaron 68 fardos de hachís envueltos en sacos de arpillera, con un peso de 2.040 kilos.
Del análisis de lo incautado en la guardería y de las investigaciones realizadas, se desprendía la existencia de una organización criminal, asentada en la localidad, que tendría los contactos necesarios para proporcionar una estructura logística adecuada para la culminación de alijos con ciertas garantías de éxito.
La investigación fue revelando el papel que cada uno de los miembros de la organización desempeñaba. Así, el supuesto cabecilla era el promotor de los alijos y quien buscaba proveedores, embarcación y punto de alijo, además de poner los medios económicos necesarios para su culminación.
Otros socios se coordinaban con la parte marroquí proveedora del hachís y participaban en la toma de decisiones aportando medios económicos.
El reparto de tareas que los miembros de la organización realizaban, asignaba un papel fundamental a los responsables del estero que habían elegido como punto de desembarco. Estas personas, miembros de una misma familia, un padre y sus dos hijos, proporcionaban la cobertura perfecta tanto en las labores de vigilancia para los alijos, como una vez introducidos de responsables de la guardería, asegurando además el hecho de pertenecer a una misma familia una discreción absoluta.
Con todos estos datos, los guardias civiles tuvieron conocimiento que la organización estaba preparando un alijo a finales del mes de marzo, y que el día elegido para su introducción sería en la noche del pasado día 4 de abril, por lo que se organizó un amplio dispositivo, que incluía personal en tierra y tres embarcaciones del Servicio Marítimo Provincial.
Comenzaron a detectarse movimientos de vehículos que por su forma de circular podrían estar realizando labores de vigilancia por la zona del alijo. Además los ocupantes de los vehículos eran conocidos por los guardias civiles como responsables de la organización.
Una vez la embarcación controlada, se adentró en la zona de caños entre Chiclana y San Fernando, y llegó al punto de alijo en las proximidades del estero, los guardias civiles hicieron patente su presencia con señales acústicas y luminosas.
Los tripulantes de la embarcación, sin embargo, emprendieron una peligrosa huída en la que no dudaron en embestir a una de las embarcaciones de la Guardia Civil, mientras era seguida en todo momento por las otras dos. Minutos más tarde, los guardias civiles abordaban la embarcación y reducían a los cuatro tripulantes de la misma, entre los que se encontraban dos vecinos de la barriada ceutí de El Príncipe de origen marroquí, los cuales hacían las labores de "garantía".
La embarcación transportaba en su interior 72 fardos de diferentes tamaños envueltos en sacos de arpillera, que tras su pesaje oficial arrojaron la cantidad de 2.160 kilos.
Las dos personas que esperaban el alijo intentaron huir sin éxito hacia el estero, donde fueron detenidos y se incautaron un revólver, una escopeta de caza, para la que ninguno tenía licencia, y otra escopeta de fabricación casera.
Tras los correspondientes registros y demás actuaciones se incautaron una embarcación semirrígida, un yate matriculado en Almería, una furgoneta, un camión, un todoterreno, varios turismos, una motocicleta y 4.170 euros en efectivo, además de teléfonos móviles y numerosa documentación que se encuentra en estudio.
Investigaciones posteriores permitieron la detención de cuatro personas más que desempeñaban diferentes roles en la organización, con lo que la operación Yupi culmina con la desarticulación y puesta a disposición de la titular del Juzgado de Instrucción número uno de los de Chiclana de 11 personas.