De una dura infancia, en la que sus padres se separaron la noche de Reyes en que tenía seis años, a la serena sabiduría de los 62. Bibiana Fernández repasó su trayectoria junto a su amigo Bertín Osborne -y la aparición estelar de Carlos Herrera- en En la tuya o en la mía, de La 1.
La chica Almodóvar recibió a sus invitados en la casa que ahora debe vender para poner en orden sus finanzas.
De la Tánger donde pasó su infancia -viviendo en una portería, en una cama que se turnaba con su padre, un taxista al que muchas noches tuvo que rescatar de algún club de alterne- se marchó a Málaga a estudiar y a convertirse en la mujer que quería ser.
Reconoce que actualmente hay más visibilidad para los transexuales que cuando ella lo vivió, pero no le gusta el término. "Hay niños que ya consiguen los papeles. Te dirán soy niño o niña, no soy trans. Ellos ya sienten eso", aclara.
En Málaga aprendió a sobrevivir. Y "llegó un momento que si había que sacrificar lo que fuera (padre, madre, familia...) no importaba nada. Tienes que elegir entre el mundo y tú. Y entre el mundo y tú, siempre te eliges a ti", asegura.
Ya en Barcelona, trabajó en cabarets. Recuerda esa etapa con dolor. "Es de esas cosas que no puedes borrar y lo haces en ese momento porque es eso o la nada", asegura.
En 1977 debutó en el cine con Vicente Aranda. "Es una época de mi vida que no me gusta", asegura. Lo de chica Almodóvar llegó después.
Bibiana Fernández también habló de los hombres de su vida. De los principales, que han sido tres. El primero fue Alfredo, al que define como un hombre "guapo a morir y con adicciones peligrosas". Después Javier, que fue durante 14 años su representante y su compañero. Y luego tuvo una relación intermedia con un hombre que "me trajo a esta casa, me compró un perro y me regaló un coche. Un día se fue a comprar tabaco y no volvió", antes de que llegara Asdrúbal, con el que se casó en el día que recuerda como el día más feliz de su vida.
La anfitriona cocinó unos espagueti a la putanesca para sus invitados y confesó que sentirse una mujer tan deseada "no sirve de nada si la persona que tienes en tu casa no te desea. Es como tener un millón de euros en el desierto".
Durante una partida de pimpón con Osborne, Bibiana reveló que no sabe cuánto ha gastado en intervenciones estéticas. Recuerda que cuando se operó el pecho, Loles León le aconsejó lo que no se podía hacer. "Me eché un novio y en una noche me salté todas las normas", cuenta divertida.