Eurovisión: pop, 'kitsch' y baladas como hace 60 años
, Percusionistas irlandeses a pecho descubierto, un mito -la británica Bonnie Tyler-, un gigante ucraniano y un polémico beso lésbico podrán verse este sábado en la final del concurso de Eurovisión en Suecia, que promete mucho pop, kitsch y baladas. 26 países competirán por llevarse la corona del pop europeo en la cuna del grupo sueco ABBA, uno de los más exitosos ganadores del festival.
La danesa de 20 años Emmelie De Forest apunta a hacerse con el primer puesto, ya que parte como clara favorita, por delante de Noruega, Ucrania, Rusia y Azerbayán. Su canción Only Teardrops puede mantener el cetro de la canción europea en los países nórdicos por segundo año consecutivo, cruzando el puente que separa Suecia y Dinamarca después de que Loreen ganara en 2012 el concurso para sus vecinos con el tema de baile Euphoria.
"Es una canción bastante pegadiza, bastante eurovisiva", dijo Jessica Bridge, portavoz de la casa de apuestas Ladbrokes, sobre el tema danés. "Es europop, y creo que toca la fibra de la gente. Creo que ganará". Ladbrokes apuesta por ella como favorita, convirtiendo a la joven rubia descalza en una de las máximas aspirantes al concurso.
Entre otros de los destacados figura un ucraniano de 2,4 metros que llevará a la cantante Zlata Ognevich al escenario, representando su fuerza interior, y el beso lésbico que aparece en el polémico tema finlandés Marry Me.
Eurovisión comenzó en los años 50 con el fin de unir a Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy cuenta con una audiencia estimada de 125 millones de televidentes -más que la Super Bowl en Estados Unidos- y ha servido como plataforma de lanzamiento para intérpretes como ABBA, Julio Iglesias y Celine Dion.
Y pese al creciente número de concursos de televisión como La voz, sus partidarios dicen que el certamen de casi seis décadas de vida tiene categoría propia. "Es especial, hay tal variedad en todas estas culturas diferentes", dijo Thomas G:son, coautor de la canción ganadora del año pasado y que ha escrito melodías para los Jonas Brothers, a Reuters.
G:son ha escrito el tema de Georgia este año, pero dice que su favorita es la holandesa Anouk, una cantautora que interpretará una oscura balada de nombre Birds.
Para colocar el talento por delante de las votaciones política y geográficamente motivadas, jueces profesionales representan actualmente el 50% de la puntuación. La otra mitad proviene de votos por teléfono y SMS recibidos para cada concursante, y los aficionados no pueden votar la canción de su país.
Tras las dos semifinales de esta semana, 20 países pasaron a la final del sábado, a la que Reino Unido, Italia, España, Francia y Alemania acceden directamente, ya que son los grandes contribuyentes a la Unión de Radiodifusión Europea. Suecia, anfitriona, se clasifica automáticamente.
El grupo El sueño de Morfeo, con la canción Contigo hasta el final, representa a Televisión Española que el año pasado quedó décima, su mejor resultado en casi una década.
Reino Unido, que no ha ganado desde 1997 y finalizó segundo en 2012 con el septuagenario Engelbert Humperdinck, no parece que vaya a cambiar la racha perdedora. Ladbrokes dijo que la representante británica, Bonnie Tyler -famosa por Total Eclipse of the Heart en los años 80-, llega a la cita con la peor probabilidad de un concursante británico en más de una década.
El museo ABBA, que muestra la historia musical del ganador más famoso de Eurovisión, abrió sus puertas en Estocolmo este mes, recibiendo a los turistas que sientan nostalgia del pop. Mattias Hansson, director del museo, dijo que la respuesta ha sido abrumadora, impulsada sin duda por Eurovisión. Hansson recuerda cuando ABBA ganó Eurovisión en 1974 con Waterloo.
"Tenía cinco años. Recuerdo la guitarra con forma de estrella que llevaba Bjorn, era lo más genial que había visto nunca", dijo Bjorn Ulvaeus, ex miembro de ABBA. Preguntado por la posibilidad de que ABBA se reúna el sábado, Hansson se echó a reír. "Me he sentado con Bjorn 100 veces durante el lanzamiento, y le he visto decir no ", dijo. "Supongo que es bueno para el museo, porque mantiene vivo el misterio", añadió.