Una semana después del regreso de la malvada Berta (interpretada por Leonor Watling) a Oeste, es el turno de su hijastro. Patrick Criado se suma a Vivir sin permiso en el episodio que Telecinco emite el 3 de diciembre (22.40) para meterse en la piel de Daniel Arteaga, un personaje cosmopolita que generará nuevas intrigas en la serie protagonizada por Jose Coronado y Álex González.
Más de una década después de debutar en la interpretación en Amar es para siempre (2005), de La 1, cadena en la que alcanzó la popularidad con su papel de Nuño en Águila Roja, llega a Vivir sin permiso para quedarse.
Arteaga nació y creció rodeado de lujo y protegido por el poder de su padre, un narco mexicano, y se educó más tarde en Europa, donde vivió al límite, acumuló experiencia y terminó por convertirse en el joven abyecto que es hoy. Mantiene una relación incestuosa con su madrastra.
Pregunta. Llega a Vivir sin permiso para revolucionar todo un poco...
Patrick Criado. Sí, mi personaje se llama Daniel Arteaga. Es un tipo originalmente de Ciudad de México. Pero bueno, ha vivido en París, en Londres… es un tipo que ha viajado mucho. Es una persona soberbia, prepotente, histriónica… que ha tenido siempre todo en la vida. Llega a Oeste porque quiere destapar unos asuntos del pasado con su prima, Nina (interpretada por Giulia Charm). Aparentemente llega feliz, contento de presentarse ante una boda tan maravillosa -la de Nina y Mario (Álex González)- y se descubre que tiene un lado oscuro, y cosas oscuras de otros personajes que sacar.
P. ¿Con quién se va a aliar? Con Mario no, porque se supone que es el novio de Nina. ¿Se va a aliar con Carlos (Àlex Monner) o con Freddy (Edgar Vittorino), al que hemos visto en su Instagram?
P. C.: Bueno, realmente tiene trama un poco con todos los personajes. Hay una escena en la que yo le cuento a Carlos cómo me sentía yo cuando venía a verles de pequeño, cómo me trataban y cómo estoy ahora… Me río un poco de ellos en este sentido. Con Nina también hay mucho lío, en el que se ve que estos personajes nunca se han llevado bien y que han chocado siempre mucho. Con Berta (Leonor Watling) se ve qué tipo de relación tienen. Son una madrastra y un hijastro, pero que se comportan de una manera totalmente diferente. Son como un apoyo pero a la vez se puede percibir algo de celos entre ellos. Es una relación muy interesante y compleja de analizar, que se irá desarrollando según pasen los capítulos. No es lo que se ve, la primera capa que se muestra de estos personajes se va desarrollando y se van viendo los lados oscuros y los celos que tienen unos de otros.
P. Y económicamente, como hijo de narco, ¿va a meterse en las guerras por el poder, aprovechando el avance de la enfermedad de Nemo (Jose Coronado), e intentar heredar de alguna manera y quitarle el mando del narcotráfico de Oeste?
P. C.: Claro, yo creo que en un primer momento esa no es la razón principal por la que llega a Oeste. Pero va descubriendo que hay puntos en los que Nemo está siendo debilitado y él lo percibe. Se aprovecha de esa situación, intenta sacarle partido y rendimiento económico a esto de alguna manera aliándose con otros personajes que quieren también herir a Nemo. Además estamos todos viviendo en la misma casa, el mismo pazo.
P. ¿Y el personaje llega para quedarse? ¿También está en la segunda temporada?
P. C.: Sí, a mí cuando me hablaron de participar en la primera temporada, me dijeron que la cadena estaba muy contenta con el resultado y que posiblemente se hiciera una segunda temporada y que mi personaje adquiriría mucha más importancia y desarrollo en ésta. Y así ha sido. En la segunda temporada se descubren mil cosas más de mi personaje en muchos lados. Por qué se comporta como tal, cuál ha sido su pasado, qué es lo que ha vivido, qué es lo que le hace comportarse de esa manera básicamente.
P. ¿Cómo le ha acogido el equipo? Allí en Galicia (donde Alea Media rueda la serie de Telecinco) han hecho una piña… porque claro, estar tanto tiempo allí…
P. C.: Claro, tú llegas a un sitio en el que ya todo el mundo se conoce, llevan ya meses trabajando y en el que ya hay una dinámica y unas relaciones humanas ya hechas. Tú llegas, saludas y… Pero bueno, bien. Enseguida Ricardo (Gómez), por ejemplo, que ya había trabajado con él (en la miniserie de Telecinco El padre de Caín y en la película 1898. Los últimos de Filipinas), me dijo un poco cómo funcionaba el rodaje, cómo trabajaba cada director… y enseguida ya me hice a la gente.
P. ¿Qué reto interpretativo supone hacer de malo?
P. C.: Bueno, a mí tampoco me gusta hablar de malos y buenos. Me gusta hablar de personajes y sus circunstancias. Se va a entender en la segunda temporada por qué este personaje actúa de esta manera. Lo interesante no es que sea malo, es su extraña manera de comportarse, que es muy diferente a lo que haríamos cualquiera, lo que requiere de un análisis previo, de una línea en la que con el director, otros actores o el guionista se va fijando y se va marcando y entre todos vamos construyendo ese tipo de personalidad.
P. En su carta de presentación le describen como narcisista moral sin empatía. ¿Habrá una luz en la segunda temporada?
P. C.: Esa es la primera capa, eso es lo que se ve. Pero detrás de eso hay mucho más. Evidentemente es una persona poco empática, muy narcisista, muy prepotente y soberbia. Pero detrás de eso hay un humano, hay una inseguridad, hay un complejo… hay muchas capas. Y eso era lo interesante del personaje, que no es así porque sí. No es un estereotipo de malo o de prepotente, tiene sus razones.
P. ¿Habrá lío amoroso? Porque con tantas parejas que hay ahora…
P. C.: Sí, va a tener líos sentimentales. Pero creo que como es una persona a la que le cuesta mucho coger cariño y ser empático y no está acostumbrado al amor, sus relaciones sentimentales se ven afectadas por eso. Sí, puede tener líos, pero de una manera peculiar.
P. ¿Qué es lo que más le ha gustado de interpretar a su personaje?
P. C.: Que es una persona tan alejada de mi personalidad… que me lo paso tan bien haciéndola… Me gusta las ropas que lleva, me gusta su manera de hablar, me gusta el acento que tiene, me gusta todo.
P. ¿Qué acento le ha puesto? Porque al nacer en México, vivido en Europa y acabar en Galicia…
P. C.: Bueno tiene un acento mexicano, pero tampoco lo tiene muy marcado. Tú lo escuchas hablar y sabes que no es español y que es de México.
P. ¿Y ha sido divertido preparar esa parte?
P. C.: Sí, ha sido muy divertido. Ha sido un reto difícil y que a veces dices: me he metido en un berenjenal importante. Yo además nunca he estado en México. Contraté una persona que me ayudara con el acento y las frases, y luego mucha película y muchas series y empaparte de la cultura mexicana para poder hacerlo.
P. ¿Qué tal su experiencia con Leonor Watling? ¿En algún momento canta entre secuencia y secuencia, en el hotel… ya que ella tiene esas dos vertientes?
P. C.: Bueno sí, ella y yo cantamos mucho. Nos lo hemos pasado muy bien haciendo la serie, porque cuando llegamos "ya estaba hecha". De repente eran dos personajes tan diferentes a lo que ya estaba ahí… y eso era muy divertido. Nos lo hemos pasado muy bien y nos hemos reído mucho. Nos reíamos, entre comillas, de la serie, del pazo y de Nemo (interpretado por Jose Coronado). Un poco como los personajes, que es lo que hacen continuamente, reírse de lo que ya está escrito ahí. Ha sido un proceso muy divertido. Leonor (Watling) y yo nos lo hemos pasado muy bien.
P. ¿Cómo es trabajar con Jose Coronado, desde su experiencia y su oficio?
P. C.: Trabajar con Jose (Coronado) es un aprendizaje constante. Es un ser muy generoso y es agradable trabajar con él. Es una persona que está muy atenta a todo y también está muy atento a lo que estás haciendo tú, tu personaje y tu interpretación. Te aconseja también sobre determinados puntos de la secuencia. Mira a ver si puedes llevar esto por aquí, por allá. No te lo ordena, te lo aconseja y siempre da en el clavo. Es una persona que lleva tanto tiempo trabajando que hay que escucharle. A mí me encanta trabajar con él porque aprendo mucho. Además es una persona muy agradable y generosa, y en el equipo le quiere todo el mundo. A mí me encanta trabajar con gente que ha trabajado tanto, siempre tienen algo que enseñarte. Aunque sea simplemente observarles, pero ya le ves su comportamiento en el set.
P. ¿Cómo es su vida cuando no trabaja? Empezó muy pequeño, pero al margen del trabajo supongo que lleva una vida normal de un chaval de su edad, o no sé hasta qué punto.
P. C.: Bueno, ahora no llevo vida. Ahora estoy en el teatro -Cronología de las bestias, con Pilar Castro y Carmen Machi- y estoy aquí, entonces no tengo vida. Pero bueno, sí, por lo general a mí me gusta mucho ir al cine, ir al teatro, pasear a mi perro, tomarme unas cervezas en un bar, estar con mis amigos del barrio en un parque… sí, todo lo que sea ocio. Luego también me gusta leer o estar en mi casa con mi familia. Tampoco es que haga cosas así… no sé. Tengo una vida normal por lo general.
P. ¿Se independizó muy joven o vive con sus padres?
P. C.: No, yo vivo con mi familia. Ya en enero sí me voy a ir a vivir con un amigo. Pero bueno, como he viajado mucho… Estuve ocho meses viviendo en Londres. En una época que no tenía trabajo dije: "Pues me voy fuera y aprendo inglés y ya está". Como siempre he estado fuera, en mi casa no paso tanto tiempo y mi familia siempre se ha portado muy bien conmigo, dándome toda la libertad del mundo, no he tenido la necesidad de irme. Ahora ya sí, porque ya sí que lo necesito.
P. ¿Hasta cuándo va a estar rodando la segunda temporada y qué es lo mejor de rodar en Galicia?
P. C.: Pues yo termino el 19 de diciembre. Para mí rodar fuera siempre es una bendición, porque estás más concentrado en el trabajo, tu vida como Patrick cambia, estás menos condicionado por tus amigos y tus cosas y sientes más el proyecto. Conoces a gente que se convierte en tu familia. Son unos meses en los que todo es mucho más intenso y a mí me gusta. Me gusta estar fuera de mi casa trabajando. Si tuviera que firmar trabajar siempre fuera de Madrid, lo firmaba.
P. Estuvo de prácticas en el programa de La 2 Días de cine. ¿Qué es lo que hacía allí?
P. C.: Sí, es que yo he estudiado realización. Estudié dos años en el instituto de RTVE para formarme un poco también detrás de la cámara. Las prácticas las hice en Días de cine porque me gusta el programa, me gusta mucho el cine. Montaba piezas, locutaba, me iba a diferentes premieres y entrevistaba a compañeros míos con los que he trabajado y era un poco surrealista (risas). Me decían: "¿Tú que haces aquí?". Y yo: "Estoy haciendo las prácticas, cállate y respóndeme ya" (risas). Pero bueno, fue muy divertido. Y luego está al lado de mi casa -yo vivo en La Elipa y el Pirulí está al lado- y tardaba un minuto en ir. Entonces ¿pá qué queremos más?
P. ¿Tiene algún proyecto más entre manos?
P. C.: Sí bueno, tengo dos películas. Bueno, hay tres películas para el año que viene, pero es que de momento no puedo decir nada porque no está todavía… no han salido notas de prensa de las películas, entonces creo que de momento no puedo decir nada. Pero bueno, dentro de poco ya se sabrá.
P. Volviendo a Vivir sin permiso. ¿Usted quién quiere, como espectador, que herede el negocio de Nemo (Jose Coronado)?
P. C.: Bueno, pues mi personaje (risas).
P. Aparte de su personaje.
P. C.: Bueno, yo como espectador soy un poco masoca. Me gusta mucho el planteamiento de la serie de que un narcotraficante tenga Alzheimer. Como espectador me interesa ver cómo su imperio se cae debido a su enfermedad, que es lo que ocurriría normalmente… Un narcotraficante con Alzheimer pocas salidas tiene, si se le va a olvidar todo. A mí como espectador me interesa eso, ver cómo su imperio cae porque no puede sostenerlo.
P. O sea, que lo que más le gustaría sería que cayese, sin herederos ni nada.
P. C.: Sí, sí. Que se viera ahí la lucha de poder. Cómo va perdiendo poder y cómo otros empiezan a tenerlo y qué ocurriría finalmente con eso.
P. En su Instagram luce la leyenda tan del Atleti "Nunca dejes de creer". ¿Eso se lo aplica a usted, a sus sueños, a su gente…?
P. C.: Sí, sí.
P. ¿Es muy inspirador, no?
P. C.: A mí me encanta el fútbol, y yo comparo mucho mi profesión con el fútbol, creo que tienen muchas similitudes en muchas cosas. Y justo salió el lema este del Atlético de Madrid, "nunca dejes de creer", cómo un equipo relativamente pequeño de repente se convierte en uno de los grandes de Europa a base de esfuerzo, trabajo y "echarle huevos", como dicen ellos. Y yo creo que todo esto es así, creo que no tenemos límites, sino que los límites están un poco en nuestra cabeza y en el "no puedo". Sí se puede, si quieres y luchas para ello, se puede conseguir. A la vista está que todo se puede conseguir.
P. Y el parecido entre la profesión de actor y el fútbol… ¿en qué se parecen?
P. C.: Pues en todo, en todo. Da igual que tengas tres Balones de Oro, que si en la final de la Champions fallas, no valen de nada. Pues esto es lo mismo, da igual que tengas tres Goyas, que si en tu siguiente película no lo has hecho bien… mal. Tienes que ir película a película, serie a serie, toma a toma. Tienes que dejarte la piel en cada proyecto, en cada momento en el que estés trabajando. Y luego psicológicamente también. Ser actor es difícil y yo creo que futbolista también. Puedes ser el más top y de repente que no te quiera nadie y tener una lesión y no volver a ser el de siempre, y gestionar eso a nivel emocional y psicológico también es complicado. Con la interpretación también. Un futbolista tiene que jugar al fútbol en un estado anímico y emocional en el que igual le acaba de dejar su novia o se le acaba de morir un familiar y tiene que salir al campo a jugar. Y nosotros es igual en ese sentido. Igual te ha dejado tu novia y tienes que salir ahí a poner la mejor cara del mundo. Y eso es muy difícil y muy duro. Yo creo que hay muchas similitudes, hay muchas. Como cualquier personalidad del deporte de élite.