Eric Dane: "Intento hacer todas las escenas de acción que me permite el seguro"
"Escapar de la persecución de unos chinos me gusta más que hacerle un lifting a una mujer". Y por cosas como éstas, Eric Dane, que interpretó a un cirujano plástico hasta la octava temporada de Anatomía de Grey, se embarcó en la serie de acción The last ship, que regresa a TNT el 20 de septiembre (22.30), y en la que su "superpoder" es un navío "muy grande".
El actor californiano (San Francisco, 1972), en una parada en Madrid para promocionar la serie, no tuvo reparos en reconocer ante un grupo de periodistas: "Las escenas de acción no se me dan muy bien, me hago daño". "Pero intento hacer todas las que me permite el seguro", añadió entre risas.
En la serie, que ahora estrena su tercera temporada, interpreta al capitán Tom Chandler, un hombre que "carga con el peso del mundo sobre sus hombros" y que, a bordo del USS Nathan James, se ocupó en los primeros episodios de interceptar un virus mortal que provocó la desaparición del 80% de la población mundial. Después le tocó luchar contra terroristas y locos varios. Y ahora, como hombre de confianza del presidente de EEUU, deberá viajar a China con pasaporte diplomático para investigar si en Asia se retiene la cura contra ese virus.
¿Y quién cree Dane que sería el comandante en jefe del que Chandler preferiría recibir órdenes? ¿Donald Trump o Hillary Clinton? "Para Tom Chandler diría que a quien vote el pueblo", se escabulle ante la pregunta de Telemania.es. "Yo tengo que prestar servicio al presidente del mismo modo que trabajé para el anterior y trabajaré para el siguiente", sigue, metido en su papel.
¿Y a quien prefiere obedecer Eric Dane? "Yo solo obedezco a mi mujer", responde sin titubear. "Mi esposa", añade, en castellano, para no dejar margen a la duda.
Aunque su padre sirvió en Vietnam, el actor californiano no sintió nunca la llamada de las armas. Podía más la pasión de actuar. "En ese momento no había nada que me inspirase para alistarme", confiesa. Pero ahora que ha conocido al Ejército con una luz diferente, "si se declarase una tercera Guerra Mundial y me llamaran para subir a un barco, a lo mejor me lo pensaba".
Pues a tenor de las tramas -virus que se expanden, conflictos diplomáticos de EEUU contra rusos y chinos...-, no parece algo que se pueda descartar en un horizonte no muy lejano.
"Cuando se empezó a emitir la serie, habían pasado ocho meses desde la grabación del piloto. En ese momento empezó la crisis del Ébola en África, y toda la sensación de miedo porque era una crisis no controlada. En Estados Unidos cundió la alarma porque se decía que había llegado gente infectada al país", recuerda.
"Si eso hubiera sucedido realmente, si alguien con esa infección hubiera aterrizado en una zona muy densamente poblada... No tengo ni idea de si el 80% de la población hubiera muerto, porque ahora tenemos protocolos, y centros de prevención, pero... ¿Y si fuera un virus mortal?", se pregunta. "No es algo tan raro".
"A mí me empezó a dar miedo a raíz de ser padre", confiesa el actor, que tiene dos niñas de cuatro y seis años. "Cuando tienes niños, el mundo empieza a darte mucho miedo", cuenta, antes de reconocer que acumula en casa todo tipo de productos antibacterianos.
"Todo lo que pasa en la serie es posible. Y eso es lo que atrae al público. Que las tramas no se alejan tanto de una posible realidad. La serie no es ciencia-ficción, es casi ficción no científica", opina Dane.
"Es una serie muy oportuna en un momento muy poco oportuno", apunta. Tan realista que el estreno de esta tercera temporada se retrasó en Estados Unidos por respeto a las víctimas del ataque de Orlando, que se produjo cuando estaba prevista la emisión.
"No se si nuestros guionistas tienen una bola de cristal, pero lo parece". "Hay muchas series que se aprovechan para sus tramas de lo que está sucediendo, y nosotros parece que vamos cinco o seis meses por delante de lo que pueda suceder".
Y quien interpretó durante 138 episodios al cirujano estético Mark Sloan en Anatomía de Grey... ¿Qué opina acerca de las denuncias de sus colegas femeninas sobre la tiranía de la juventud y la belleza que impera en Hollywood? ¿A los actores les afecta en la misma medida?
"A las mujeres, y podéis corregirme si me equivoco, no les importa si el hombre no está perfecto en todo momento". "A las mujeres también les gustan las imperfecciones. Y por desgracia, a las actrices no les pasa eso. En Hollywood se ha asumido -incluso entre ellas-, y no es sano, que a partir de los 30 años, si no eres una megasestrella del cine lo tienes muy complicado".
"Y las relaciones que nos muestran son las de un tipo de 50 años que liga con una de 26". "A mí me gustan las mujeres más mayores, así que no he tenido ningún problema en ese sentido". "Y sí, hay una cierta hipocresía, una doble vara de medir seas actor o actriz". "Es mucho más complicado en lo profesional -seas actriz, periodista y política- si eres mujer", opina.
Él, por ahora, se siente el "capitán Chandler", cuando ya ha conseguido, considera, que el público le identifique con el protagonista de The last ship y no con su doctor caliente de Anatomía de Grey.
"Mark Sloan fue un personaje icónico", y por el éxito apabullante de Anatomía en todo el mundo, "fue difícil apartarse de esa sombra", reconoce, al tiempo que agradece: "Me gusta todo lo que me ha aportado Anatomía de Grey". "Y no pasa nada por que me sigan llamando Mark Sloan, no hay problema. Pero como actor te gusta que te reconozcan como persona primero, no como personaje".
Marcharse de la serie le dejó "un regusto amargo", aunque lo hiciera de mutuo acuerdo con la creadora, Shonda Rhimes. "La química que había en ese reparto es de las que te encuentras una vez en la vida", remacha.