La cadena de televisión estadounidense CNN ha presentado una denuncia contra el presidente del país, Donald Trump, y varios de sus asesores por la retirada de la acreditación del reportero Jim Acosta, que se enfrentó públicamente al mandatario en la rueda de prensa de valoración de las votaciones del midterm.
El pulso dialéctico, en el cual Trump llegó a insultar al periodista tachándole de "persona terrible" y de "grosero", concluyó con el veto a Acosta, al que la Casa Blanca acusó de agredir a una becaria que intentaba quitarle el micrófono para que no siguiese preguntando.
Una portavoz de la CNN ha confirmado la presentación de una denuncia en un tribunal de Washington por una presunta violación de la Primera y de la Quinta Enmienda de la Constitución norteamericana, referentes a la libertad de prensa y de expresión y al debido proceso, e incluye como demandados a Trump y a varios de sus asesores.
En la lista figuran también el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly; la principal portavoz, Sarah Sanders; el número dos el pasado miércoles, según la nota difundida por la propia cadena.
La CNN ha explicado que su objetivo es llegar a un acuerdo con la Casa Blanca para que Acosta pueda regresar a su labor como reportero y que figure por escrito que no se le retirará en un futuro sus credenciales. La cadena ha advertido de que el castigo "podría ocurrirle a cualquiera", en una advertencia contra las tácticas de la Administración estadounidense.
Entre los argumentos en favor de la CNN figura una sentencia de un tribunal de apelaciones de Washington en la que se delimitan de facto los argumentos que puede esgrimir el Servicio Secreto -responsable de la concesión de acreditaciones- para expulsar a un periodista de la Casa Blanca. En la práctica, el castigo se limita solo a casos de que exista una amenaza física para el presidente y su familia.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA) y organizaciones de defensa de la libertad de prensa también han criticado la medida adoptada contra Acosta.