El reto no es menor. Ocho apellidos vascos marcó el año pasado varios hitos en la historia del cine español: recaudó 56,2 millones de euros (más del 60% del total de la taquilla del cine nacional en 2014), la vieron 9,5 millones de espectadores (es la tercera cinta con más público en España), se mantuvo como número 1 durante 67 días consecutivos, fue récord histórico de recaudación para un título español -y tercero en Europa el año pasado-... Además, la comedia dirigida por Emilio Martínez-Lázaro "ha reconciliado a dos partes de España, a los espectadores españoles con el cine nacional...", apunta el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, en la presentación en Gerona del rodaje de la segunda parte -todavía sin título definitivo- del filme.
"Más allá del éxito de taquilla" de esta cinta, Vasile se propone "que nadie pueda decir que le hemos engañado aprovechando el éxito de la primera parte". "Como película va a ser mejor que la primera", se compromete.
Para eso exige "más trabajo", en especial "sobre el guion". "Mediaset España es una empresa que hace televisión", recuerda Vasile. Pero "ya que tenemos que hacer cine" -por la ley que obliga a destinar un 5% de la facturación a la producción de proyectos audiovisuales europeos-, "tenemos que hacer el mejor".
"La primera parte nació de una inspiración, la idea de hacer una comedia conciliadora" sobre sensibilidades antagónicas. Y "si la primera es hija de la inspiración, la segunda viene condicionada por nuestro deber de mejorar la anterior", apunta el consejero delegado de Mediaset.
"Somos conscientes del factor sorpresa de la película original", admite Martínez-Lázaro, y es algo que buscará repetir con la segunda. La acción se traslada a Cataluña. Pero "no es el equivalente" de las diferencias de idiosincrasia entre Andalucía y País Vasco trasladadas al noreste peninsular. Es, más bien, "las aventuras de Ocho apellidos vascos".
Como representantes del hecho diferencial, se incorporan al plantel Rosa María Sardá y Berto Romero. Sardá interpreta a Roser, y Romero a Pau. De él se ha enamorado Amaia (Clara Lago). Su padre, Koldo (Karra Elejalde), no puede soportarlo, y viaja hasta Sevilla para convencer a Rafa (Dani Rovira) de que deben ir a Cataluña a rescatarla.
La segunda parte de Ocho apellidos vascos se rueda desde el pasado 11 de mayo en escenarios naturales de la provincia de Gerona, como la capital, Monells, Llagostera y Vulpellach. El equipo se trasladará posteriormente a Sevilla y Madrid.
El guion lo firman de nuevo Borja Cobeaga y Diego San José. Y además de los citados lineas arriba, repiten Carmen Machi y la pareja de andaluces Alberto López y Alfonso Sánchez, mientras que se incorpora Belén Cuesta al entorno en el que vive el personaje de Berto Romero.
"Seguro que volvemos a triunfar", asegura Ghislain Barrois, consejero delegado de Telecinco Cinema, división de Mediaset para la producción de cine, responsable de Ocho apellidos vascos junto a La Zona.
"Esperamos que le complazca a todo el mundo, Y si alguien se ofende... no nos importa nada", bromea Martínez-Lázaro. "La gente tiene menos prejuicios de los que salen en las portadas de los periódicos", señala.
Elejalde añade el valor terapéutico de la película original, de la que destacó su papel como "cicatrizante" de heridas abiertas entre los vascos, al tratar con humor tanto sus tópicos como los de los andaluces.
Los catalanes no se van a quedar atrás, defiende Rosa María Sardá: "Podemos hablar en clave de comedia de las cosas más dramáticas", asegura, antes de zanjar: "Nunca te fíes de quien no tiene sentido del humor".