Traslado de Honduras a Nicaragua. Condiciones más espartanas, con huracanes y época de lluvias. Eva González en la isla. Cambios en el sistema de nominaciones y expulsiones... Pero sin duda, la mayor novedad de la quinta edición de Supervivientes -que llega a Telecinco el 6 de mayo a las 21.45- es la inclusión de ciudadanos anónimos (ocho) entre los concursantes. Su convivencia y competición con personajes populares (diez) como Óscar Higares, Rafa Mora o Beatriz Trapote "van a dar mucho juego al espectador y problemas a la organización", adelanta el codirector Jordi Rosell.
Los supervivientes ya han aterrizado en el archipiélago de Cayos Perlas -costa este de Nicaragua, rodeado de atolones coralinos-, donde intentarán resistir los próximos tres meses por el premio de 200.000 euros. "Es una buena motivación", apunta el presentador del programa, Jesús Vázquez, que tampoco desdeña que el formato sea "un escaparate enorme", tanto para los personajes mediáticos como para los que pudieran aspirar a serlo.
Para Manuel Villanueva, director general de Contenidos de Telecinco, puede ser "muy entretenido y sorprendente" colocar a los conocidos frente "a los que buscan la gloria que otorga el mundo de la televisión".
Los primeros controlan este medio y dominan su imagen. Y los segundos pueden presumir de mejor fondo físico, como en el caso de Román Irigoyen, un bombero vizcaíno; Miriam Blasco, monitora deportiva de Orense; o Miguel Macías, preparador físico de Las Palmas.
Supervivientes moviliza a un equipo que supera los dos centenares de profesionales. Unos 70 se quedan castigados en Madrid, y más de 130 se han desplazado hasta Corn Island, centro de operaciones del concurso.
"Para vivirlo hay que echarle narices, y no sé si las tengo", asume Jesús Vázquez. Eva González ni se lo pensó cuando se lo propusieron, y ahora se enfrenta al "reto más peligroso de mi carrera en televisión". Emma García pilotará los debates del late night dominical.