La brigada Costa del Sol da con Capitano, una pieza fundamental en el transporte marítimo de hachís. En sus tareas de vigilancia descubren un zulo donde el traficante esconde a una mujer magrebí, Salima. Al principio piensan que se trata de un secuestro, pero pronto se dan cuenta de que la realidad es muy diferente a lo que creen y se verán envueltos en un ajuste de cuentas en el que nada es lo que parece. Por otra parte, Reyes y Marielena temen que la policía descubra la venta de droga en el Camelot e idean un negocio que sirve de tapadera para Fredo. Entre tanto, la vida se complica para Bruno y Yolanda. Mientras ella intenta pagar la deuda para mantener la barca de su padre; él trata de controlar el fuego que le consume y recuperar la vida familiar con Charo, su mujer, que llega a la ciudad.