Qué manía con la televisión
Donde había un acuerdo para regular en conjunto los contenidos del horario de la tarde, ahora hay 14 horas seguidas en las que un ojo que todo lo ve apunta y multa una palabrota o un reportaje de investigación sobre la prostitución dirigido a adultos, y en un horario en que lo ven sólo adultos porque los niños están en el colegio, o son demasiado pequeños como para ir al colegio o ver la televisión.
Donde había problemas para financiar el cine porque la industria no era capaz de definir su modelo, allá por 1999, se impuso a las televisiones que -ganaran dinero o no- lo pagaran. Porque sí, porque emiten películas. También emiten programas de cocina –este lunes estrenamos en Telecinco 'Robin Food'- pero no se obliga a subvencionar restaurantes, o todo se andará, mejor no dar ideas. A tamaña injusticia las televisiones opusieron una producción industrial racional, y con el viento en contra dieron con productores auténticamente interesados en llegar al público. Este año la cuota de cine español se cerrará en torno al 25%, frente al 14% del año pasado. ¡Sí! Que los espectadores españoles ven cada vez más películas españolas, gracias a películas producidas en su casi totalidad por Mediaset y Mediaset Atresmedia.
Y en esto llega un productor y dice que la promoción que Mediaset y Atresmedia hacen de sus películas es “competencia desleal”. No opinaba lo mismo hace unos años cuando una de esas empresas de televisión promocionó una de sus películas, lo dice ahora porque probablemente, y digo probablemente, que igual me equivoco, no ha conseguido entusiasmar con sus proyectos a ninguno de los dos grupos. A ver si lo entiendo, las televisiones, obligadas en contra de cualquier lógica a subvencionar otra industria cultural –podría haber sido la publicación de libros, porque cuentan historias igual que las series- deberían promocionarlo, pero poco. ¿En qué quedamos? ¿Hay que apoyar al cine español o no? Y ahora resulta, además, que las televisiones deberían invertir en “cine de autor”. ¿De qué autores hablan? ¿Acaso Bayona, Amenábar, Guillermo del Toro, Paco León o Woody Allen no son autores?
Pero qué manía con cargar a la televisión todos los males de este mundo. Con una legislación audiovisual alejada de la realidad, permanentemente sometida a cambios e interpretaciones al libre albedrío que impiden un desarrollo sano del sector, con códigos de autorregulación en materia de contenidos y publicidad, con normativas de horarios para proteger a la infancia y no sobrepasar el tiempos de publicidad, comisiones mixtas de seguimiento, dictámenes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y del Mercado de Valores, observatorios por doquier y un sinfín de asociaciones que velan con ahínco por los intereses de espectadores y usuarios. ¿Alguien sabe lo que cuesta programar con las transposiciones europeas y las posteriores interpretaciones españolas sobre la publicidad? No son programadores, son prestidigitadores los que consiguen cuadrar los cortes dentro de una película guardando su unidad editorial, los 12 minutos máximos por hora, la posibilidad de patrocinios y otras decenas de obstáculos.
Si tantas voces chillan para que no se pongan puertas al campo de Internet o de la prensa, ¿ninguna puede hacerlo en favor de la televisión? Porque en materia de sexo, insultos o violencia, la televisión es la hermanita de la caridad de los contenidos que circulan por Internet. Es que en Internet se puede regular el acceso a los niños. ¿Sí? ¿También en los móviles y las tabletas? ¿También en los dispositivos de sus compañeros de colegio? Lo que sí se puede es seleccionar el acceso de los niños a determinados canales con el actual sistema de TDT. Lo que también se puede, y lo único útil según mi experiencia de madre, es enseñar a los niños y a los jóvenes a discriminar la información con la que se van a encontrar en cualquier rincón de su vida.
Aquí la lista de los “vigilantes” de la televisión
La actividad la regulan cuatro leyes
- Ley General de Comunicación Audiovisual
- Ley General de la Publicidad
- Ley del Mercado de Valores (como cotizada)
- Ley de Sociedades de Capital (como cotizada)
De ellas se desprenden tres códigos
- Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia
- Código de Autorregulación Publicitaria
- Código Unificado de Buen Gobierno Corporativo (como cotizada)
La televisión está sometida a la vigilancia de estas Comisiones
- Comisión Mixta de Seguimiento del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia
- CNMC: Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, tanto por la parte regulatoria, como por la parte de competencia.
- CNMV: Comisión Nacional del Mercado de valores (como empresa cotizada)
Del cumplimiento de todas las regulaciones velan distintas asociaciones:
- ATR. Asociación de Telespectadores y Radioyentes
- AUC. Asociación de Usuarios de la Comunicación
- iCMedia: Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de los Medios
- CCU. Consejo de Consumidores y Usuarios
- CEAPA. Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos
- CONCAPA. Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos y Padres de Familia
- Plataforma de Infancia
- Observatorio de la Infancia
Además, nos sometemos voluntariamente a los dictámenes de Autocontrol para la publicidad.
A nivel europeo, nos rige la Directiva Europea TV sin Fronteras.
Asterisco: Como mi agenda es ingobernable, en lugar de comentarios propongo Twitter