El Arte es uno de los patrimonios exclusivos de la especie humana, del Homo Sapiens. Por eso hoy te planchamos la oreja una vez más para "sacar de la cueva" a las primeras artistas de la historia.
Si hablamos de las Cuevas de Altamira seguro que la primera imagen que te viene a la mente es la de un hombre cazando, protegiendo a la familia y pintando las cuevas, pero… ¿crees que es verdad?
Los divulgadores crearon la figura del “Hombre de las cavernas” y presentaron a una mujer relegada a funciones de segundo orden: cuidar de las crías y hacer la comida. Pero no; las paleolíticas no se quedaban en la cueva esperando la caza. Se dedicaban a la recolección diaria de frutos y a la caza de pequeños animales, algo que era más importante para la dieta de la comunidad que la caza de grandes animales, que se hacía de forma ocasional. También participaban en la pesca. En el paleolítico las mujeres daban órdenes y regían el comportamiento y las relaciones interpersonales de la comunidad. Hay otro mito y es el de la representación de la familia como un hombre, una mujer y los hijos, pero la monogamia tampoco fue entonces una condición única.
Las paleolíticas no eran tan diferentes a las mujeres de la actualidad: cazadoras, líderes, mono o polígamas, madres, cocineras y también artistas.
Los días que no les tocaba cazar, las mujeres enseñaban a sus hijas a fabricar pinturas con pigmentos naturales y pintaban bisontes, caballos o ciervos… También dejaban las marcas de sus manos tocando las paredes, junto a los animales y, sin saberlo, se convirtieron en las primeras artistas del mundo.
Pese a la creencia inicial de que las pinturas rupestres fueron realizadas por los hombres porque se creía que las escenas de los animales representaban la caza, nadie se fijó en que, junto a los animales, estaban también marcadas las manos de los artistas. Tuvieron que pasar más años todavía hasta que alguien mirara bien aquellas manos y empezara a hacerse preguntas: ¿quién había dejado esas marcas?, ¿por qué estaban ahí?
Dean Snow, un arqueólogo de la Universidad de Pennsylvania, realizó un estudio de esas manos que publicó en 2013, en cuevas con pinturas rupestres de España y Francia, que arrojó una conclusión sorprendente: midieron los dedos, los volúmenes y las formas e hicieron algoritmos y fotos, y tras una larga investigación este estudio aseguró que la mayoría de esas obras pictóricas fueron realizadas por mujeres, aproximadamente el 75%.
Mujeres haciendo historia que, con sus manos manchadas de carbón y pigmentos naturales, merecen ser recordadas como las primeras artistas del mundo. Desde 12 Meses hemos querido cerrar nuestra serie de biografías de “mujeres haciendo historia” homenajeando a las primeras, aquellas mujeres de la prehistoria que ya entonces y sin saberlo, estaban haciendo historia.