@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Aunque el trazado original comenzaba en las minas de hierro de Ojos Negros, pueblo que da nombre a la Vía Verde, actualmente, el tramo que separa este lugar de Santa Eulalia del Campo no está todavía acondicionado, por lo que comenzaremos la ruta desde este último, partiendo desde la zona turolense y bajando hacia la costa valenciana, ayudados por la suave pendiente, que hace el recorrido más sencillo. La pista es de riego asfáltico, y se encuentra en buen estado para circular por ella en bicicleta.
El camino parte de la antigua estación de ferrocarril de Santa Eulalia, que se encuentra en la carretera hacia Orihuela del Tremedal, tras recorrer unos dos kilómetros de distancia, a mano derecha. Este primer tramo nos lleva hasta Cella por una vía que se convierte en una gran recta que atraviesa sembrados de cereal, que en verano se tiñen de dorado. Merece la pena entrar en el pueblo y conocer su pozo artesiano, el más grande de España, conocido como 'Fuente de Cella', en la que algunos aseguran que nace el río Jiloca, y cuyas aguas de fondo turquesa son protagonistas de leyendas locales.
Desde allí hasta la ciudad de Teruel, el trazado sigue siendo llano. Siguiendo el sendero natural, rodearemos la capital por el barrio rural de Caudé, atravesando el valle del río Alfambra, donde comenzaremos el ascenso hacia el puerto de Escandón, el tramo más duro de todo el recorrido ya que, aunque no es muy pronunciada, cuenta con varios kilómetros de suave pendiente que se amenizan gracias a las vistas del paraje, y su paso bajo dos viaductos por los que transcurre la autovía Mudéjar.
En la subida llegamos a los llanos de Valdecebro, en las afueras de Teruel, desde los que disfrutamos de un paisaje de arcillas rojas pobladas de pinares y sabinas, un rincón perfumado por el tomillo, y en el que encontramos el viaducto sobre el camino de Fuente Cerrada, acceso habitual por el que se llega a la Vía Verde desde la capital. Poco después atravesamos dos túneles que cuentan con sistema de iluminación pero para los que se recomienda llevar linternas, ya que en ocasiones ésta puede fallar.
El puerto de Escandón llega a su punto más alto poco antes de llegar a La Puebla de Valverde, junto a las pistas de esquí de Javalambre. Tras pasar el pueblo, encontramos 'La Fondica de la Estación', un buen lugar para descansar y recomponerse, con terraza y alojamientos (una opción para quienes decidan hacer la vía en distintas jornadas).
A partir de aquí, comienza uno de los tramos más bonitos del recorrido que, además, transcurre en suave bajada. Senderos esculpidos en los montículos del camino, paredes cubiertas por la roca y la vegetación que nos abrazan mientras pedaleamos, y entre sus piedras, los sonidos de la naturaleza reverberan envolventes. Durante todo el sendero, compartimos vistas con la vía del tren que une Teruel con Sagunto, que transcurre paralela a nuestro camino sobre los valles, oteando los campos desde altos viaductos, o adentrándose en largos túneles, que se tornan enigmáticos mientras intentamos adivinar lo que vamos a encontrar al otro lado.
Kilómetro a kilómetro llegamos a Sarrión, por un recorrido en el que encontraremos varios merenderos en los que parar a descansar junto a los antiguos apeaderos que, aunque abandonados, conservan su encanto, sirviendo de refugio, cruces de caminos bien señalizados, que nos recuerdan dónde nos encontramos, pequeños puentes sobre las vías y panorámicas que, tras los árboles, surgen de repente, invitándonos a detenernos para respirar profundo antes de proseguir con nuestra dirección.
Una vez pasado Sarrión, continuamos descendiendo por dos largos túneles, el último en curva, que desemboca en un camino que cruza el Viaducto de Albentosa, con 180 metros de longitud, y 50 de altura, que comparte vistas con otro viaducto paralelo por el que hoy en día todavía pasan los trenes. Esta impresionante construcción es uno de los puntos más representativos de esta Vía Verde. En Albentosa podemos visitar el castillo, antes de continuar con la ruta, o continuar el sendero hasta llegar a La Casa de la Estación, un apeadero rehabilitado en alojamiento y restaurante en el que podemos hacer una pausa, de un rato o incluso de una noche.
Desde aquí, varios kilómetros nos separan de Barracas, población limítrofe que nos da la bienvenida a la Comunidad Valenciana. Continuamos por una recta, alentados por los molinos de viento, hasta llegar a Caudiel, Jérica, donde encontramos el pantano del Regajo, pasaremos por Altomira y Altura, y a partir de este punto, los campos de naranjos nos acompañaran el resto del camino.
La Vía Verde finaliza en Torres Torres, desde donde podemos continuar hasta Sagunto, y conectar con el tren, o aprovechar la cercanía para disfrutar de la playa y del mar. Tanto si se hace la vía en un sentido o en el contrario, se puede regresar al punto de partida en uno de los trenes regionales que permiten subir bicicletas (aquellos que no son diesel). Las estaciones se encuentran junto al propio recorrido de la Vía Verde.