Los voluntarios son el soporte fundamental de los Bancos de Alimentos. Suelen ser profesionales, sobre todo prejubilados o jubilados, que llevan tareas de dirección, contabilidad, almacén, transporte y aprovisionamiento, otras de apoyo jurídico, relaciones públicas, etc.
Su labor se centra en la captación, organización y distribución de alimentos. El voluntario, porque se siente solidario, porque cree que es su obligación o por otras razones, acepta un compromiso moral de ayudar seriamente a los demás participando en las tareas de los Bancos de Alimentos.
No es suficiente tener la mejor voluntad, es preciso ser eficaz y por ello estar dispuesto a cumplir con la obligación que adquiere cada día, cada mes, cada año. El propio voluntario establece el horario y los días de la semana que puede dedicar a los Bancos. Y después se esfuerza como si su propia alimentación dependiera de su trabajo en el Banco.
El impulso que está teniendo la Responsabilidad Social Empresarial o corporativa está dando lugar a que muchas empresas españolas estén asumiendo entre sus compromisos de apoyo a acciones solidarias, actuaciones encaminadas a promover el voluntariado entre sus colectivos. En este contexto, son varias las empresas que organizan acciones voluntarias, entre su personal, desde donación de alimentos, recursos económicos a periodos de trabajo voluntario.
La carta de los voluntarios
Ser voluntario en los Bancos de Alimentos supone aceptar en su integridad el espíritu que inspira la labor que esta organización lleva a cabo en beneficio de los más necesitados. Cada voluntario del Banco de Alimentos debe comprometerse a incorporar y difundir los siguientes principios: