Paco Roca: "Queríamos explicar el ictus de manera sencilla, con un toque de humor que ayudara a entenderlo de forma relajada"

¿Cómo ha cambiado el mundo del cómic desde la aparición de la novela gráfica?

La novela gráfica ha sido una revolución en el cómic de los últimos años. Hasta la aparición de esta etiqueta, el cómic estaba sujeto a determinadas normas por las editoriales que no te podías saltar, como la dictadura de un número establecido de páginas (46), o las predominantes historias cortas basadas en las andanzas de los superhéroes americanos, personajes del manga japonés o de ciertas tiras cómicas.

Con la llegada de la novela gráfica, todo esto se rompe, tanto el guión como la extensión o el formato, que han pasado a tener plena libertad. También se han empezado a tocar temas que antes eran difíciles de tratar.

¿Cómo varían los papeles del dibujante y el guionista con este nuevo formato ilustrado?

Esta nueva forma de contar historias equipara al escritor y al dibujante. Tanto la narración como las ilustraciones pasan a tener prácticamente la misma importancia. Antes, con el formato de 46 páginas, se le daba más protagonismo al dibujante, que era quien se lucía, y los guiones se limitaban a contar anécdotas. Al ampliar la extensión de las obras, ya no se lucha por el espacio y se pueden tratar historias más elaboradas.

A la novela gráfica se le ha colgado la etiqueta de 'cómic para adultos'. ¿Cómo es el público al que llegan estas historias?

El público también se ha ampliado. La proliferación del público femenino es un ejemplo muy claro. Antes, ni el papel de la mujer en el cómic era muy relevante, ni se trataban temas que les interesasen. Ahora, cada vez hay más autoras de cómic, y el mercado se ha ampliado hacia el sector femenino. Y muchos lectores que jamás se habían decantado por este tipo de libros han descubierto una nueva alternativa. Siempre se ha relacionado el cómic con los superhéroes, Tintín, Asterix y Obelix o el Súper Humor, pero ahora que los temas se han ampliado, otros perfiles se han sumado a la revolución de la novela gráfica.

¿Qué ventajas tiene contar historias por medio de la ilustración?

Me gusta hacer cómics porque no tienes que convencer prácticamente a nadie para que apueste por ti, solo al editor, que si confía en tu trabajo y te conoce te concede la oportunidad de publicar. Ignacio Ferreras, director de 'Arrugas', me dijo que habría sido difícil estrenar esta película si no hubiese un cómic detrás, no habríamos conseguido financiación. El cine es más complejo, porque muchas veces tienes que cambiar a los personajes o el final por exigencias de la productora. En cambio, el cómic te da una mayor libertad creativa, la oportunidad de contar historias que a priori son poco comerciales.

Con 'Arrugas' recibiste el Premio Nacional de Cómic en 2008, y posteriormente, la película de animación basada en éste ganó 2 premios Goya. ¿Cómo surgió esta historia?

Quería comprender a mis padres y hablar sobre la vejez. Era un tema que ocupaba mi presente. Veía cómo se deterioraba su salud y su cabeza, pero seguían viviendo en casa, así que quise llevarlo al extremo, a la soledad de las personas, y pensé que el lugar en el que debía ambientar la historia era en una residencia de ancianos. Empecé un trabajo de documentación, visitando residencias, hablando con la gente que vivía y trabajaba allí. De esa experiencia surgió el tema del alzheimer, alimentado también por el caso del padre de un buen amigo que viví muy de cerca. El punto de partida fue muy personal.

Y, ¿qué ha supuesto para ti toda la experiencia vivida tras el éxito de 'Arrugas'? ¿Qué te ha aportado a nivel personal?

Cuando te sumerges en estos temas te interesa saber cómo funciona la cabeza, por qué hacemos las cosas de una forma o de otra. Desde la publicación del cómic 'Arrugas' he asistido a muchas charlas y conferencias con neurólogos en las que he aprendido muchísimo del funcionamiento del cerebro. He empezado a pensar más en lo que somos y en cómo reaccionamos.

Eres el autor de las animaciones que ilustran la campaña 'Para vencer el ictus todos contamos

El briefing de lo que había que conseguir con la campaña y el medio por el cual queríamos explicarlo está muy bien planteado. Muchas veces encuentras campañas de prevención en las que no tienes muy claro con qué fin están hechas (para conseguir subvención, tener presencia en los medios...), pero en el caso de ésta, el objetivo está claro desde el punto de partida: todos tenemos en nuestra mano detectar el ictus a través de unos síntomas y la posibilidad de actuar a tiempo. Son cosas muy sencillas que deberían formar parte del saber popular, como hacer el boca a boca o saber practicar una maniobra de Heimlich cuando alguien se atraganta. Son consejos muy útiles que pueden salvar vidas. Además, hemos querido contarlo de una forma sencilla, para que no pareciese un consejo paternalista. Y el toque de humor nos sirve para entender el mundo de una manera relajada, es una buena forma de aprendizaje.

La concienciación en el ámbito médico es algo delicado. ¿Qué papel juega aquí el mensaje ilustrado a la hora de transmitir estos consejos?

Una vez me escribió una chica que estaba haciendo un doctorado. Me contaba que estaba estudiando cómo los consejos médicos que se daban en las consultas no funcionaban demasiado bien y, sin embargo, estaba demostrado que la ficción era la mejor vía para calar en el receptor, sobre todo en temas de prevención. Yo puedo hablar del ejemplo de 'Arrugas'. Los temas que disfrazas en la ficción son aquellos que mejor comprendes. Empatizas mucho más con lo que están contando. En temas sociales, la ficción es muy buena, y el cómic tiene ciertos valores añadidos, porque tienes la libertad de pasar de una explicación didáctica a una acción, o un bloque de texto, saltar del sueño a la realidad, de un plano emocional a una consulta médica. Hay una gran flexibilidad en las formas de narración que no encuentras en otros recursos.

Con la novela gráfica se han abierto nuevos caminos que han dado la bienvenida a un cómic con un cariz social. Tenemos los ejemplos nacionales de tu obra 'Arrugas', o de 'María y yo', de Miguel Gallardo.

El dibujo y el cómic son unos medios didácticos que hacen comprensibles temas áridos. El dibujo resta dramatismo a ciertos asuntos, porque los cuenta con realismo, pero nunca llegan a ser personas físicas. Tuve una propuesta de hacer la película 'Arrugas' con personas reales, pero creo que el dibujo le da otra dimensión a las cosas. Terminas valorando más los conceptos, por encima de las personas.

En 'María y yo', el público ve a María como una niña preadolescente que, además, es autista, pero que no engloba todas las vicisitudes del autismo. Es una historia más cercana y alegre, que nos cuenta esta patología desde un punto de vista muy bonito. Con los personajes de arrugas también se marca una distancia que te da libertad interpretativa en tu relación con los personajes, que pueden ser tus padres, tus abuelos, o aquellos a quienes más identifiques con la historia. Sin embargo, los actores reales terminarían recordándote solo a esos actores, y les restaría empatía con el espectador.

Estás trabajando en el lanzamiento de tu próximo trabajo, 'Los surcos del azar'. ¿Puedes adelantarnos algo?

En 2 ó 3 semanas retomo la historia, que espero tener terminada para el 20 de octubre. Se editará para estas navidades. Es una novela gráfica de 300 páginas en la que llevo trabajando un par de años de forma intermitente, alternándola con otros proyectos. El título proviene de un poema de Antonio Machado que dice “Para qué llamar caminos a los surcos del azar” y cuenta la historia del medio millón de españoles exiliados al terminar la Guerra Civil, quienes tuvieron que escoger caminos que, en muchos casos, llevaban al sufrimiento. El protagonista es uno de ellos, que tiene una vida bastante azarosa.