¿Cómo funciona una Unidad de Ictus?
Es un hábitat existente dentro de los servicios de neurología para atender a todos los ictus en la fase aguda. Inmediatamente después del ingreso, tras la detección, el traslado, y la confirma o sospecha, un ictus es evaluado por el neurólogo o las unidades de urgencias y se decide comenzar el tratamiento de ictus.
Allí, durante las siguientes 24, 48 ó 72 horas, el enfermo es atendido para prevenir complicaciones y mejorar la probabilidad de recuperación, incluso en la fase aguda, y en algunos procesos, se inicia la rehabilitación. La unidad asistencial la forman camas especiales de cuidados intermedios en las que hay unos sistemas de control y monitorización donde se valoran el ritmo cardiaco, la frecuencia, la saturación de oxígeno, se controla la glucemia y la tensión arterial periódicamente, y esto se va registrando para ver la evolución del enfermo.
Además hay una monitorización clínica establecida por el especialista de neurología, pero controlada por el personal de enfermería debidamente entrenado, de manera que estas enfermeras tienen una misión también muy importante dentro de estas unidades. Esto no se podría hacer sin un apoyo de radiología, rehabilitación, fisioterapia, etc.
A la hora de diagnosticar el ictus, ¿cuáles son los pasos que se siguen?
Lo primero que hay que hacer es confirmar si es un ictus, y, por medio de un TAC o resonancia, si éste es isquémico, es decir, que una arteria se ha ocluido y se ha producido un infarto, o hemorrágico, que se produce cuando se rompe una arteria y sale la sangre, produciendo un derrame cerebral. A veces, hay personas que tienen un ictus transitorio, conocido como AIT (Ataque Isquémico Transitorio). En estos casos, la asistencia de la emergencia es igual porque estos enfermos pueden tener un ictus más adelante, con un infarto cerebral, y es la manera de prevenirlo, actuando en fase aguda. Es una señal de alarma.
La siguiente fase es saber qué arteria está afectada, dónde se produce la lesión y a qué se debe. Si se ha cerrado una arteria debemos saber si es por un trombo o por un émbolo que se ha formado en el corazón y éste lo ha enviado al cerebro, lo que sería un ictus cardioembólico. Éste es el más frecuente en nuestro país y en el mundo occidental. Es importante prevenirlo, tratando al paciente con fármacos anticoagulantes. Debemos evitar complicaciones derivadas de esto en el enfermo, que no empeore, si no que mejore. Evitar una nueva repetición.
La tercera fase es muy importante: la rehabilitación. Cuanto más temprana es la rehabilitación, mejor evolución tiene el paciente. Ésta consiste en la reparación del tejido dañado y en la recuperación de los sistemas motrices y nerviosos.
Actualmente, ¿cuáles son las posibilidades de recuperación?
Ahí hemos dado un paso muy importante. Hemos cambiado los porcentajes en el sentido de que de los pacientes afectados por un ictus, los dos tercios que sobreviven, se recuperan con una discapacidad menor. Suelen quedar incapacidades con las que pueden llevar a cabo actividades del día a día. Sin embargo, hay que reconocer que la rehabilitación tiene un camino que recorrer, que hay que hacer más énfasis en su precocidad y en su constancia y duración. La recuperación también dependerá del tipo de déficit. No es lo mismo rehabilitar a un paciente que está afásico, que no puede hablar o expresarse, ni entender, que un enfermo que tiene un lenguaje normal.
También hay que tener en cuenta los trastornos afectivos. En la fase aguda, el paciente puede estar deprimido o con un trastorno apático, y eso merece una consideración, un conocimiento y un tratamiento. No debemos olvidar el aspecto social. Muchos enfermos discapacitados no tienen un soporte familiar. Este dato es muy importante. El enfermo que va a mejorar más en rehabilitación es aquel que tiene un entorno familiar adecuado, un apoyo. En las unidades de ictus hay apoyo del trabajador social porque después del ictus empieza otra nueva etapa con una situación de dependencia más o menos grave. Si actuamos muy bien y pronto al principio, todo lo que hagamos en fase aguda marcará lo que hagamos después.
Por último el mensaje de esperanza es que esto va para delante, y va a mejorar, y debemos intentar luchar porque el ictus es una patología muy frecuente e impacta mucho en la población. Es la causa más frecuente de ingreso en un servicio de neurología general. El 70% de enfermos son por ictus.
¿Qué papel desempeñan las campañas de concienciación para detectar el ictus, como la que ha puesto en marcha Mediaset España
Es una labor muy importante. Creo que hay algo fundamental. A parte de que los hospitales y servicios de urgencias estemos preparados, es importante que la población tenga el conocimiento, que sepa reconocer los síntomas de un ictus y qué debe hacer, porque cada minuto cuenta, y si ellos no actúan a tiempo, todo esto lo perdemos. Las campañas de divulgación son importantísimas, e impactan de una manera positiva y favorable.