Se celebra en el Bierzo, por el tramo del Camino de Santiago de invierno. 101 Km que pueden recorrerse andando o en bicicleta, pero lo mejor son las vistas, que hacen que el esfuerzo merezca la pena. Los habitantes de la zona se encargan del avituallamiento para los participantes, dotándoles de reconstituyentes de la zona. Una experiencia en la que prima el compañerismo.