Sergio, pedaleando con las manos por las Vías Verdes españolas
@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Sergio es un onubense con una discapacidad que le limita al andar y realizar actividades físicas. Lejos de rendirse, ha emprendido la aventura de recorrer las Vías Verdes accesibles de España para disfrutar de la naturaleza y el deporte, elaborar informes sobre el estado de las mismas y sin quererlo pero inevitablemente, servir como ejemplo a otras personas con discapacidades que no se atreven a salir. 12 Meses ha hablado con él, y nos ha contado en qué consiste su reto.
Sergio, ¿cuál es tu relación con el deporte?
Tengo una enfermedad por la que se me desgasta la bola del fémur. He practicado deporte toda mi vida, de hecho, soy profesor de Educación Física, pero al hacer esfuerzos me he destrozado la cadera, y ahora no puedo ni andar, ni correr ni montar en bici. Sí puedo realizar actividades de resistencia, como nadar o ir en piragua. He estado mucho tiempo sin hacer deporte, pero he encontrado el modo de volver a practicarlo de otra forma.
¿Cómo te decidiste por la handbike?
Busqué una bicicleta adaptada, y me decidí por la Handbike, una bici en la que pedaleas con las manos, pero la más barata que encontré en Europa costaba 3.000 euros. Las bicis urbanas cuestan menos, pero yo la quería también para ir por la montaña. En Argentina encontré que la marca Rodamax podía fabricarme una a medida por 1.300 euros, que tardó en llegarme 6 meses, pero no me servía y tuve que venderla.
¿Y qué hiciste para conseguir tu propia bici adaptada?
Me parecía injusto tener que gastarme tanto dinero para practicar deporte, una actividad que considero fundamental para una personas con discapacidad como yo, que me permite mantenerme en forma, ejercitarme y desplazarme por lugares que, de otro modo, no podría.
Así que pensé en poner en marcha un reto y buscar apoyos, con un objetivo claro: recorrer todas las vías verdes de España en handbike. Mandé el proyecto a diferentes productoras y empresas que, pensé, podrían querer colaborar conmigo, también abrí un blog para dar a conocer mi situación y, pasado un tiempo, desde la Diputación de Huelva, Sergio Martín, se puso en contacto conmigo. Me dijo: “Quiero conocer al loco que ha escrito esto”, y ahí estaba yo. Desde 3ike conseguí una bici que me costó 3.000 euros, porque me la dejaron a precio de costo, Tibetan Hard Wear me envió ropa de montaña, y Tienda Magia, aunque no tiene que ver con el mundo del deporte, también quiso colaborar. Poco a poco fui consiguiendo más patrocinadores (Miguel Bernal, Viajes Normandie, dxtAventura, PubliBit, TrepaMundo, Recstones, etc.) que, con pequeñas aportaciones, me ayudaron a pagar la bicicleta.
¿En qué consiste tu 'reto'?
Mi idea es recorrer las vías verdes de España acondicionadas que, según he contado, hay unas 30. Cuando voy a hacer una vía verde mando un correo electrónico a los Ayuntamientos, a ver si tienen asociaciones que quieran colaborar y acompañarme. Excepto en algunas, en la gran mayoría me piden que dé ruedas de prensa, pero a mí lo que más me gusta es que la hagan conmigo.
¿Qué Vías Verdes has recorrido?
He hecho varias. La de Huelva, por ejemplo, que desde la página de Vías Verdes dicen que se puede recorrer en silla de ruedas, pero yo creo que no está lo suficientemente habilitada. También he realizado la de la Jara, en Toledo, la de la Sierra norte de Sevilla, la de la Sierra de Cádiz, la del Guadiana, y este verano, con unos amigos, he completado también las del País Vasco, Navarra, Burgos, La Rioja, Teruel y Valencia.
¿Cómo surgió la idea de realizar el documental 'Pedaleando con mis manos
Como muchos patrocinadores, que se han enterado de mi reto a través de Facebook, Paco Ortiz me llamó y me dijo que él veía la posibilidad de realizar un documental sobre la hazaña. Yo, en cambio, me tomo esto como que no soy ningún héroe y no hago nada del otro mundo. Soy reticente a las cámaras, pero me lo propuso y me enseñó el documental 'Una boya feliz', que narra la aventura de Jorge Muns, un joven que navegó más de 1.300 Km de la costa de Brasil en kitesurf en solitario, grabándose a sí mismo.
La primera idea que se me pasó por la cabeza fue que él quería ganar dinero con la realización del documental, pero le propuse que el documental, una vez terminado, se emitiese en cines y teatros, y que con lo recaudado con las entradas se compraran sillas de ruedas para niños, y le pareció una idea fantástica. La cámara la llevo yo, o se la dejo a alguien. Alguna vez hacemos tomas aéreas con un helicóptero teledirigido.
¿Qué te aporta la bicicleta?
Me aporta vida. Sobre todo, me encanta escuchar mi corazón latir cuando hago deporte, poder disfrutar de la naturaleza de la forma que más me gusta, no encerrado entre cuatro paredes. La bicicleta me da libertad.
¿Qué es lo que más te gusta de las Vías Verdes?
Que cada usuario va a lo suyo, ya sea corriendo, paseando tranquilamente, con un carrito de bebé, en bicicleta, andando con el abuelo o a caballo, pero, mientras, todo el mundo está compartiendo el mismo espacio y disfrutando de la naturaleza. En principio, estos caminos se trazaron con otro objetivo: ser el lugar de paso de trenes, pero si no hubiesen remodelado las sendas para convertirlas en ciclosenderistas no podríamos conocer estos lugares increíbles.
De todas las que conoces, ¿con qué Vía Verde te has llevado mejor impresión?
De las Vías que he recorrido, destacaría la Vía Verde de Cádiz, por su paisaje, su gestión, y la atención que prestan a los visitantes. Los encargados de esta Vía fueron muy atentos conmigo desde que llegué. La administrativa vino a recibirme, me avisaron de que había un derrumbe en uno de los tramos, para que tuviera cuidado, y a mitad de camino vino una patrulla de atención para preguntarme cómo iba. En otras Vías Verdes no me ha ocurrido lo mismo, por eso quiero felicitarles por su extraordinario trabajo.