Los menores refugiados ucranianos han visto truncada su infancia. Necesitan servicios de seguridad, estabilidad y protección, especialmente aquellos que no están acompañados o han sido separados de sus familias. Los equipos de ACNUR trabajan junto con UNICEF y otros socios para ayudar a los niños y familias refugiadas que escapan de la guerra de Ucrania.
Vanessa Vaca, oficial de protección de ACNUR, en una entrevista exclusiva para 12 Meses, nos cuenta qué es el Blue Dot: “Los Blue Dot son centros de protección integrada para que las personas puedan calmadamente acceder a servicios especializados, asistencia e información. Tenemos también un espacio de atención a la salud mental”
Se trata espacios seguros en la frontera que ofrecen a los niños y familias información y servicios esenciales para ayudarles en sus viajes posteriores, identifican y registran a los niños que viajan solos y los conectan con los servicios de protección.
Vanessa nos cuenta que “en la demográfica de ucranianos que llegan aquí, muchos son mujeres con niños, con bebés. Aquí tenemos un espacio que mientras las madres acceden a los servicios pueden los niños jugar, relajarse un poco. También tenemos espacios para madres y bebés lactantes”.
Para los niños, los centros Blue Dot son espacios seguros y acogedores para descansar, jugar y simplemente ser niños en un momento en que su mundo ha cambiado por la guerra y se enfrentan al trauma de dejar a familiares y amigos atrás. Estos “Puntos Azules” tienen como objetivo prestar apoyo a las familias y personas vulnerables en tránsito, particularmente a los numerosos menores no acompañados o separados de sus familiares, que corren el riesgo de contraer enfermedades, sufrir traumas y convertirse en víctimas de violencia, explotación y trata de personas.
Si quieres apoyar esta iniciativa y otras que está llevando a cabo ACNUR en la frontera con Ucrania, colabora: www.ayudaucrania.es