Charlotte Copper. Reino Unido, 1870- 1966.
En 1900 se inauguró la lista de campeonas olímpicas con la tenista británica Charlotte Cooper.
Hija de Henry Cooper, un molinero nacido en Caversham, y de la estadounidense Teresa Georgina Miller, Charlotte o "Chattie" como sus hermanos le apodaban, fue la menor de seis hermanos.
Se interesó por los deportes desde muy pequeña, especialmente por el tenis. Aunque en la época de finales del S.XIX y principios del S.XX era un poco propicia para las mujeres, aun así, los padres de Charlotte siempre le apoyaron. Aprendió en el club de tenis de su localidad natal. Sus dos primero entrenadores en el club fueron H. Lawrence y Charles Martin.
Pese al atuendo que se llevaba en la época (faldas largas), Charlotte tenía una movilidad excelente, facilitando de esta manera una estrategia de tenis de ataque basada en un buen servicio y en una gran solidez desde el fondo de pista sin renunciar a definir en la red. Nadie podía cambiar de direcciones y buscar los ángulos como lo hacia ella, en definitiva, Charlotte era una tenista completa.
Con solo 14 años, ganó el campeonato del club, el primero campeonato que luego traería una carrera llena de éxitos.
Además de la medalla olímpica, ganó cuatro veces el campeonato de Wimbledon. Su quinta victoria en Wimbledon en 1908 hizo que batiese un nuevo récord: Se convirtió en la persona más veterana en ganar el torneo con 32 años y 282 días, récord que aún hoy sigue vigente.
En 1912 seguía siendo una de las mejores tenistas de la época y tras dos medallas olímpicas y cinco torneos de Wimbledon, volvió a llegar a la final de este torneo con 41 años, aunque esta vez perdería contra Dorothea Douglass. Siguió compitiendo hasta pasados los 50.