Artemisa Gentileschi: "Mientras viva, tendré control sobre mi ser"
Su principal influencia fue el naturalismo de Caravaggio
Se convirtió en referente y fue la primera mujer en ingresar en la Academia de dibujo de Florencia.
Artemisa Gentileschi, Italia, 1593- 1654.
Nacida en Roma, Artemisia era la mayor y la única mujer de los cuatro hijos de un pintor de origen toscano llamado Orazio Gentileschi.
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Creció en una familia rodeada de pintores y escultores en el Renacimiento, en la mejor ciudad posible para el arte, Roma. A los 16 años decidió hacerse aprendiz de su padre. Orazio, orgulloso, y sabedor que Artemisa era ya mejor que él y el resto de pintores de Roma, accedió a darle nociones académicas. Su principal influencia fue el naturalismo de Caravaggio y se impregnó de su dramatismo y de sus fuertes contrastes cromáticos.
Roma era en aquellos tiempos un lugar vibrante, en pleno proceso de cambio, donde se llevaban a cabo por doquier obras, reestructuraciones y proyectos de mejora.
Vivió una juventud feliz y plena. Todo perfecto hasta que fue violada por el que se suponía iba a ser su maestro, Agostino Tassi:
"Cerró con llave la habitación y después me tiró sobre la cama, inmovilizándome con una mano sobre el pecho y poniéndome una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos y me levantó las ropas, algo que le costó muchísimo trabajo. Me puso una mano con un pañuelo en la garganta y en la boca para que no gritara (…). Yo le arañé el rostro y le tiré del pelo".
La artista, que en el momento de la agresión tenía 18 años, tardó un año en reunir las fuerzas suficientes para denunciarlo y llevarlo a juicio.
La opinión pública de la época miró con sospecha esa tardanza, concluyendo muchos que en realidad no había habido violación y se había tratado de una relación consentida por la propia joven. Sin embargo, el 27 de Noviembre de 1612 Agostino Tassi fue declarado culpable. El juez le dio a elegir entre cumplir cinco años de trabajos forzados o el exilio de Roma. Tassi eligió el exilio.
Desde entonces su obra cambió radicalmente. Se volvió más oscura y violenta, su pintura pareció centrarse en fantasías de venganza contra su violador. Para entonces Artemisia ya había comenzado a plasmar en sus lienzos a mujeres fuertes y a sufridas, a heroínas, víctimas, suicidas, guerreras, a personajes femeninos procedentes tanto de la Biblia como de la mitología. Y adoptando una perspectiva nueva: la de una mujer. Se convirtió en referente y fue la primera mujer en ingresar en la Academia de dibujo de Florencia.
En vida fue una artista muy prolífica y llegó a gozar de cierta fama. Pero tras su muerte en Nápoles en 1654, Artemisia Gentileschi cayó en un largo y profundo olvido que ha durado siglos. Sólo en la segunda mitad del siglo XX su arte comenzó a ser de nuevo apreciado por algunos críticos y su nombre, desenterrado.