Se trata, sencillamente, de un análisis de sangre en el que te extraen un tubo de muestra y debes leer atentamente y firmar unos papeles (el Consentimiento Informado). Una vez hecho este análisis, un laboratorio analiza el tipaje HLA (Antígenos de Histocompatibilidad) del donante y se vuelcan los resultados en la base de datos de donantes gestionada por la Red Española de Donantes de Médula Ósea (REDMO).
Después, cuando existe un paciente a la espera de un trasplante que no ha encontrado compatibilidad en sus familiares, las Coordinadoras de búsquedas rastrean en estos datos (que a su vez están conectados con todos los datos de los registros de todo el mundo) para encontrar un donante compatible. Para cada búsqueda se comprueban los datos de los 150.000 donantes de médula ósea españoles (que están incluidos en los más de 23 millones de donantes a nivel mundial).