El trasplante de médula ósea es la única oportunidad de curación para muchos pacientes de leucemia que, o bien porque tienen un tipo de alto riesgo o bien porque con el tratamiento de quimioterapia no consiguen la remisión de la enfermedad, necesitan esta intervención.
3 de cada 4 pacientes que necesitan un trasplante no tienen un hermano compatible, lo que complica la búsqueda ya que hay que recurrir a una donación anónima.
Antes de ir a buscar un donante anónimo, el protocolo en todos los países es que, si el paciente tiene hermanos, mirarán si éstos son compatibles, y esto se comprueba a través de la información genética del sistema inmune de cada uno de ellos.
El sistema inmune de nuestro organismo es un sistema de reconocimiento y ataque que cumple con la función de diferenciar lo propio de lo ajeno y asegurar la defensa del cuerpo frente a agentes extraños, microorganismos infecciosos, células neoplásicas, o células normales trasplantadas desde otra persona. Parte fundamental de este sistema inmune es la información genética que contienen todas las células de nuestro cuerpo y que denominamos HLA (antígenos leucocitarios humanos).
El sistema HLA es el principal responsable del rechazo de los injertos cuando no existe suficiente compatibilidad entre ambos individuos, el paciente no considerará ajenas las células del donante y no las rechazará. Pero si el trasplante es de células madre, las células trasplantadas forman parte del sistema inmune del donante, por lo que son capaces de rechazar al organismo receptor. Por tanto, se necesita un elevado grado de compatibilidad HLA donante-receptor para que las células del donante sano repueblen el organismo del paciente sin ser rechazadas y sin rechazarlo para que puedan hacer desaparecer las células enfermas del paciente.
Los genes del sistema HLA se transmiten casi siempre en bloque. Cada bloque se denomina haplotipo. El padre aporta un haplotipo y la madre otro, dando origen al genotipo HLA, perfil genético propio del nuevo ser. Es por ello que la mayor probabilidad de encontrar un donante compatible está entre los hermanos, ya que es posible que hayan heredado el miso material genético de sus padres. Esta situación se produce en uno de cada cuatro pacientes, el resto requerirán encontrar un donante no emparentado.
Y, ¿cómo reconocemos el HLA de cada individuo? Mediante el estudio de las cadenas de aminoácidos del sistema HLA presentes en todas las células a las que llamamos alelos. En el trasplante de médula ósea nos centramos en los alelos producidos en los loci A, B, C y DR existiendo en cada individuo dos expresiones para cada uno de ellos (uno del padre y otro de la madre). Así, entre paciente y donante comparamos ocho alelos. Existen 1.729 alelos A diferentes, 2.329 alelos B, 1.291 alelos C y 1.150 DR. Vamos, ¡Buscar una aguja en un pajar!
Cuantos más donantes voluntarios existan en el registro mundial de donantes, más incrementamos las posibilidades de que los pacientes encuentren un HLA igual al suyo.