Perla Álvarez avanza utilizando la comunicación como instrumento para impulsar el cambio social

Perla Álvarezmediaset.es

A sus 44 años, Perla Álvarez es muy conocida en Paraguay. En primer lugar, por haber presentado 'Tembi'u Rape', un programa sobre cocina tradicional que daba voz a quienes producen alimentos. En cada episodio, Perla, que nunca había usado los fogones ni pisado un plató, viajaba a un lugar distinto del país y mostraba cómo cocinaba y cómo vivía la gente del campo, en especial las mujeres, en su propia chacra (tierra), algo que no suele salir en la televisión estatal. Además, se emitía íntegramente en guaraní, lengua oficial hablada por el 80% de la población, pero que apenas tiene espacio en los medios.

En apariencia, era un programa culinario. En realidad, era un alegato a favor de la soberanía alimentaria, es decir, la facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias. Todo ello en el país peor alimentado de Sudamérica según datos de la ONU, donde el avance de la producción de soja para la exportación, que requiere miles de hectáreas, expulsa a los campesinos de sus tierra y les obliga a emigrar o a pasar hambre. El programa tuvo tanto éxito que se sigue emitiendo en el canal estatal y tiene miles de visitas en Youtube.

Pero la televisión fue una herramienta más apra esta profesora de guaraní, portavoz de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI), madre de dos adolescentes y defensora de múltiples causas. Ya sea la lengua indígena, el trabajo en el campo o las familias que se quedaron sin tierra tras la masacre de Curuguaty de 2012, tristemente conocida porque provocó varios muertos y la destitución del primer presidente progresista tras la dictadura de Stroessner (1954-1989), la más larga de América Latina.

A pesar de su paso por la pequeña pantalla, a Perla no le gusta ser la protagonista. “Mi perfil es el de una persona que trabaja para articular esfuerzos y facilitar que otros avancen juntos. Mis logros son todos fruto del trabajo conjunto”, explica, en su organización, el trabajo es colectivo y sin jerarquías. Promueven un liderazgo diferente. Ella lo resume así: “Nos mueve el inteligencia, usamos la palabra (en oposición a la violencia que sufrimos), pero también nuestros sentimientos. Los dirigentes masculinos nos critican porque ponemos pasión en lugar de cabeza, sin embargo combinamos perfectamente ambas cosas, por eso somos capaces de transformar el mundo”.