Los tiburones son los doctores del mar, estabilizan los ecosistemas marinos y su belleza atrae a miles de turistas que cada año aprovechan sus vacaciones para estar más cerca de este fascinante pez.
En 2011, las Islas Bahamas prohibieron la pesca de tiburones en sus aguas territoriales mediante una ley que ha convertido los 630.000 kilómetros cuadrados de sus aguas territoriales en un santuario para los escualos. Tiburones tigre, martillo, oceánico, limón, de arrecife, toro, de seda, nodriza o ballena, estos son algunas de las especies que nadan entre las aguas del archipiélago y que se encuentran protegidos.
Pero esto no es así en otros puntos del planeta. Anualmente, 100 millones de ejemplares son pescados por el ser humano para comercializar, principalmente, sus aletas, un ingrediente muy valorado en la cocina asiática. En España se captura la mitad de tiburones que se pescan en la Unión Europea, y somos el tercer país del mundo en número de capturas.
Estas prácticas, junto a los daños que ocasiona la pesca accidental de tiburones, que enganchados en las redes o los anzuelos se ven seriamente heridos, llegando incluso a morir, son las que están arrastrando a los tiburones a una situación en la que peligra su existencia. El porcentaje de escualos ha descendido estrepitosamente en los últimos años.
Para muchos, estos peces son una especie que hay que erradicar por su peligrosidad, cuando en realidad, las muertes humanas por ataques de tiburones asciende tan solo a 5 por año, y en la mayoría de los casos son consecuencia de la invasión irrespetuosa de su hábitat por parte de los turistas.
Los tiburones como garantía de equilibrio
Queremos apartarnos de esa imagen tan perjudicial para descubrir la verdadera importancia de los tiburones en la cadena de vida de los mares y océanos. Estos animales prehistóricos han sobrevivido durante más de 450 millones de años, garantizando la supervivencia y el equilibrio de muchas especies.
Los océanos, para estar sanos y equilibrados, necesitan tener una población de tiburones suficiente. Estos grandes depredadores regulan la cadena alimenticia. Se alimentan de las especies más abundantes, contribuyendo al equilibrio de sus poblaciones y evitando las invasiones. En el mar Caribe, por ejemplo, se está amaestrando a los tiburones para que se alimenten del pez león, un ejemplar que altera el equilibrio de este ecosistema.
El descenso de la población de tiburón martillo, zorro y blanco en el Atlántico Norte ha beneficiado la multiplicación de rayas y pequeños escualos que, al carecer de depredadores que regulen su población, se alimentan de vieiras, hundiendo la industria recolectora de estos bivalvos.
En el Caribe, lo que está proliferando peligrosamente son las algas, frente a la desaparición de los arrecifes de coral. La falta de tiburones que se alimenten de meros está beneficiando el aumento de estos peces, que se alimentan de pequeños peces que juegan un papel fundamental en la conservación de los arrecifes. Estos son el refugio de miles de especies, y su desaparición supondría un peligroso cambio en el ecosistema.
Los Doctores del mar
Los tiburones se han ganado esta designación gracias a una de sus peculiaridades. Los peces tienen una concentración de sales internas muy baja. Sin embargo, los tiburones la mantienen muy alta gracias al almacenamiento de urea en sus tejidos. Gracias a esta concentración, son inmunes a contraer virus y bacterias de algunos animales enfermos de los que se alimentan.
De este modo, podemos decir que los tiburones tienden a comer de forma muy eficiente para el ecosistema ya que tienen preferencia por peces débiles y enfermos, evitando así la propagación de enfermedades marinas, ayudando a mejorar la evolución y diversidad de las especies. Su desaparición dañaría seriamente el equilibrio de los océanos, por eso tenemos que olvidarnos de la imagen terrorífica de los tiburones que nos ha inculcado el cine, para aprender a amar a estos fascinantes animales.
@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm }