El paisaje cambia, los ecosistemas varían, el clima se transforma, y hay muchas especies que no son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones que se dan en su entorno habitual. Algunas emigran a nuevos parajes más acordes con sus necesidades, otras no logran sobrevivir. Por eso es importante preservar el medio ambiente, controlar la urbanización de las zonas naturales, y sobre todo respetar el hogar de tantos animales autóctonos que debemos conservar, porque forman parte de nuestra seña de identidad.
En España tenemos varias especies en peligro de extinción, hay otras que han dejado de vivir en un lugar en concreto, pero siguen habitando en otros similares. La repoblación es muchas veces una solución para la proliferación y posterior preservación de una especie, una labor que garantiza la supervivencia de nuestros animales autóctonos.
El quebrantahuesos
Durante el programa de 'Desafío Extremo' en el que Jesús Calleja y su equipo visitan los Picos de Europa fuimos testigos de la liberación de Atilano, un buitre quebrantahuesos en el que están puestas las esperanzas para que esta especie vuelva a habitar el Parque Nacional después de 60 años desde su desaparición en la zona.
En este caso, es la Fundación Quebrantahuesos la que lleva a cabo la labor de repoblación. Atilano es una cría de quebrantahuesos que nació en Pirineos, lugar en el que la recuperación de la especie está prosperando de manera positiva. En la zona de los Lagos de Covadonga ya soltaron anteriormente una hembra, que se ha adaptado muy bien, y se confía en que Atilano forme pareja con ella y comiencen la repoblación.
Hace unos diez años se puso en marcha el Plan de Recuperación del quebrantahuesos en los Parques Nacionales, como el de Ordesa y Monte Perdido, Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y Picos de Europa. Una de las labores que se llevan a cabo es el seguimiento de ejemplares que vagan errantes sin establecerse en un emplazamiento concreto. También, como en el caso de Atilano, se trasladan crías de un lugar a otro de condiciones similares y después de criarlos en semi libertad con un seguimiento diario para facilitar su adaptación al lugar, se procede a su suelta del animal y se vigila su evolución.
El urogallo
Desde hace varias décadas, la población de urogallos en nuestro país se ha visto amenazada por diversos factores, como la destrucción de sus hábitats y las molestias humanas. En la Cordillera Cantábrica, la población de estas aves se ha reducido a considerablemente durante las 3 últimas décadas, pasando de los casi 600 ejemplares a los 200. Por eso se ha puesto en marcha un programa específico para la conservación del urogallo en los Picos de Europa, que pretende devolver a la especie un entorno en el que asentarse y poder reproducirse en armonía. El águila es otra especie que también está protegida.
Especies autóctonas de anfibios
El Parque Nacional de Picos de Europa alberga diez especies de anfibios, algunas de ellas endémicas. Su población ha descendido en los últimos años, por eso se está investigando para descubrir cuáles han podido ser las causas de que esto ocurra y ponerse manos a la obra para ayudar a que el número de anfibios prolifere hasta alcanzar los niveles habituales. La salamandra común, la salamandra rabilarga, el tritón alpino ibérico y la rana patilarga son las más amenazadas.
El lobo ibérico
Los últimos censos apuntan a que, en la actualidad, alrededor de 2.500 ejemplares de lobo viven en nuestra península. Aunque siguen sin ser lo suficientemente numerosos para dejar de considerar la especie en riesgo, han crecido en un millar con respecto al número contabilizado hace 20 años. En los años 70 se convirtió en una especie muy perseguida, especialmente por los ganaderos, pero las leyes que prohiben su caza y la conciencia conservacionista creada en torno a los lobos, en buena parte, gracias al trabajo realizado por Félix Rodríguez de la Fuente, han conseguido contabilizar una importante recuperación, especialmente en las provincias de León, Zamora, Orense, lugo y Asturias.
El lince ibérico
Es uno de los animales más bonitos que habitan nuestro territorio, un felino particular que, desgraciadamente, es siempre mencionado en las listas de las especies que se encuentran en peligro de extinción dentro de la Península Ibérica. La disminución del conejo europeo, su principal alimento, y la alteración de su hábitat pone en riesgo la especie desde hace años. Es una lucha sin descanso pero en la que hay que continuar centrando esfuerzos ya que, según afirman los expertos, de no poner medidas, ha un 34% de posibilidades de que la especie haya desaparecido en 2050, una ausencia que no podemos permitir.
Como dato curioso, uno de los principales responsables de que la especie todavía habite en nuestra fauna fue el torero Luis Miguel Dominguín que, amante del lince, prohibió que se cazase en su finca. En el año 2004 contabilizó alrededor de 35 ejemplares de este felino en los territorios del torero, convirtiéndose en el terreno en el que se concentraban más linces en el mundo. El lince es el tesoro más admirado del Parque Nacional de Doñana.
El oso
Desde hace años se trabaja para repoblar de osos el norte montañoso de nuestro país. Los Pirineos y la Cordillera Cantábrica son los lugares en los que este animal puede sobrevivir y, aunque se cuida con mimo su hábitat para garantizar su supervivencia, ha habido numerosos casos de osos que han terminado por acercarse demasiado a las poblaciones cercanas, aunque son un animal muy apreciado por sus habitantes. En Asturias, en las inmediaciones de la Senda del Oso, se encontraron dos crías de oso en 1989. Les llamaron Paca y Tola, y son las mascotas más queridas de la zona desde hace años. Estuvieron viviendo en distintos lugares de España, pero finalmente volvieron a Asturias, lugar en el que viven con Furacu, un macho en el que se confía para conseguir la proliferación de la especie.
El salmón atlántico
Los peces tampoco se libran de estos riesgos. Es el caso del salmón atlántico. Desde hace años se está trabajando en la repoblación de alevines en la zona de Asturias, pero están fracasando por problemas de adaptación. De todos modos, se trabaja sin descanso para encontrar nuevas soluciones a esta repoblación.
La Nutria, una especie recuperada
A finales de los 70, la nutria estuvo al borde de la desaparición en los ríos europeos. Tras varias décadas de trabajo para mejorar las condiciones de su hábitat, convertirse en especie protegida y prohibir su caza en todas las comunidades, el último censo calcula unos 10.000 ejemplares repartidos por casi todo el territorio español, por lo que ha dejado de considerarse un animal en peligro de extinción. Son la muestra de que los esfuerzos por la conservación de las especies da sus frutos.
Mariposas, una población en auge
Aunque para muchos pasen desapercibidas, las mariposas deberían ser el símbolo más representativo de la fauna de los Picos de Europa. En el Parque Nacional habitan más de 124 especies diurnas y 625 nocturnas, constituyendo la mitad de las que se contabilizan en toda la Península Ibérica y Baleares. Con algunos de los ejemplares más raros y escasos en su haber, el lugar se ha convertido en un paraíso para los expertos en lepidópteros, que disfrutan descubriendo nuevas mariposas, o admirando la riqueza de las ya conocidas.