Durante estas semanas hemos vivido grandes experiencias a través de los cuatro elementos que forman nuestra naturaleza, la fuente de la vida. Volamos en globo sobre Laponia, conquistando en aire; escalamos el Picu Urriellu rompiendo los límites de la gravedad de la tierra; descendimos por el cráter del volcán Nyragongo, tentando al humor de su lago de fuego; y ahora nos sumergimos hasta las profundidades del Mediterráneo para desvelar los secretos del agua en el programa 'Mallorca, en busca del tesoro
Un pescador se puso en contacto con Calleja para darle las coordenadas de un lugar, cerca de la Isla de Cabrera, en el que habían encontrado unos cuellos de ánfora. Soñando con encontrar un pecio (barco hundido) bajo sus aguas, el equipo de 'Desafío Extremo' se puso en marcha. Sabían que podía ser una pista falsa o, incluso tratarse de una broma de las azarosas corrientes que habrían arrastrado algunos fragmentos hasta las redes de los pescadores.
Tras varios días de duro entrenamiento y un minucioso aprendizaje, Jesús ya estaba preparado para descender por debajo de los 45 metros, profundidad a partir de la cual el buceo deja de considerarse recreativo porque aumenta el riesgo de narcosis o síndrome de descompresión. Antes de lanzarse en busca del posible pecio visitaron un barco y un submarino, hundidos bajo el mediterráneo.
La búsqueda de tesoros es ilegal, independientemente de que encuentres algo o no, tener la intención de buscar algo y ponerse en marcha ya es delito, por eso, antes de descender en su búsqueda, Calleja y compañía consiguieron un permiso oficial de Patrimoni Balear que les permitía realizar esta investigación arqueológica.
Llegado el día, el equipo se sumergió hasta los 60 metros de profundidad para darse cuenta de que allí no se veía nada. Hasta que Jesús comenzó a ver algo a unos metros. Cientos de ánforas, un tesoro prácticamente intacto que confirmaba la existencia de un barco romano en ese punto. El tesoro que andaban buscando superaba con creces sus expectativas. La emoción de poder disfrutar de algo que nunca nadie había visto antes se manifestaba en sus voces y sus gritos de euforia. ¡Era el primer pecio que se encontraba desde 2001!
Gracias al descubrimiento de 'Desafío Extremo', los historiadores podrán conocer nuevos datos sobre el paso de las antiguas civilizaciones por las rutas comerciales del Mediterráneo. Estas ánforas, que se utilizaban para transportar aceite, vino y salazones, tienen más de 2.000 años. Constituyen una joya que el mar seguirá guardando entre sus aguas confiando en que, como dice María, nuestra experta buceadora, “Ojalá algún día se cree un museo submarino para que todo el mundo pueda disfrutar de este tesoro que nos pertenece porque forma parte de nuestra historia”. Disfruta del programa completo en Mitele.es: 'Mallorca, en busca del tesoro'.