@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } A:link { so-language: zxx } Nuestro planeta está en continuo movimiento, su interior siente, se retuerce, fluye y en ocasiones sale al exterior en forma de erupción volcánica, cambiando de un plumazo el aspecto del lugar elegido. Forma montañas cuando lo hace en tierra firme, o da a luz a nuevas islas cuando nace en el mar. Un espectáculo muy impresionante, pero arriesgado al mismo tiempo. La naturaleza demuestra su poder y su fuerza poniendo a todos los elementos de su parte para modelar el paisaje a su antojo.
El equipo de Jesús Calleja, en esta ocasión, se ha desplazado hasta la República Democrática del Congo con Pedro y David, dos vulcanólogos del centro de investigación de Canarias para recoger muestras de gases para estudiar con detalle las características del Nyamulagira y el Nyragongo, los dos volcanes más activos del continente Africano.
Pero antes de poner rumbo a las montañas de fuego han pasado por Ruanda para conocer a su gente, sus paisajes y su historia. Durante unos días, han convivido con la gente del pueblo en un día normal, trabajando en los extensos campos de té, café y caña de azúcar, buscando chimpancés en la selva y el Parque Nacional de Gisengy, también conocido como 'el de los volcanes'. Han comprobado lo importantes que son las plantaciones para sus habitantes, que constituyen una de las principales fuentes de ingresos del país, y lo amplias que son las sonrisas de los niños que viven en armonía con su entorno.
En su expedición al Nyamulagira, se acercaron al cráter de forma arriesgada, hasta que los guardas del lugar les prohibieron continuar ya que en el siguiente tramo el suelo estaba a más de 300 grados, temperatura que derretiría sus botas.
Pero fue al borde del volcán Nyrangongo, a las puertas del infierno, cuando fueron testigos de uno de los mayores espectáculos de las fuerzas de la naturaleza. En el centro del cráter, se encuentra el lago de lava candente más grande el mundo, con unos 200 metros de diámetro de magma revolucionado que burbujea y explota a su antojo, lanzando abrasadores chorros. Un lujo para los vulcanólogos como David, al que se le han escapado unas lagrimillas de emoción al observar la estampa, y un impacto precioso para el resto de los mortales.
En palabras del propio Jesús Calleja, “¡He visto la foto más impactante de mi vida! Un espectáculo siniestro y cautivador, hipnótico y a la vez muy inquietante”. El desafío: descender por el cráter y dormir a 150 metros del lago de lava incandescente para poder completar los estudios sobre el volcán. Visitamos el Nyamulagira y el Nyragongo junto al equipo de 'Desafío Extremo'. No te lo pienses y únete a la aventura.