Las Bahamas, islas llenas de secretos, a salvo gracias al turismo sostenible
Las Bahamas están vigiladas al sur por Cuba, al oeste por Florida y al suroeste por las islas Turcas. Alimentadas por el magnetismo del Triángulo de las Bermudas, sus peñascos sirvieron de refugio para corsarios y bandidos de los mares del Trópico de Cáncer, entre ellos forjó su propia leyenda el pirata Barbanegra.
La isla Guanahaní fue la que dio pie al grito de “¡Tierra a la vista!” desde la carabela Pinta, cuando la expedición de Cristobal Colón divisó las Américas por primera vez en 1492. Una tierra de conquistas y belleza salvaje que dio la bienvenida al nuevo continente a los primeros exploradores.
Sus 27 Parques Nacionales
Con un relieve bajo de cerros, cayos y dunas, su cumbre más alta se encuentra en la isla Gatos, y tan solo alcanza los 63 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su territorio alberga 27 parques naturales, tanto terrestres como submarinos. La red de parques protegidos garantizan la preservación de sus valores ecológicos, entre los que encontramos la mayor cadena de cuevas subterráneas de agua en el mundo, con 30 kilómetros de longitud, y la mayor población de flamencos rosas de las Indias Occidentales, de unos 70.000 ejemplares.
El primero en crearse fue el Parque Marino y Terrestre de los Cayos de Exuma, que data de 1958. Fue el escenario de dos de las películas de James Bond. Está compuesto por 365 islas y cayos en hilera, una para pasar cada día del año, a lo largo de 200 kilómetros de aguas turquesas. Sus playas desiertas de arenas blancas son un rincón único en el que respirar libertad.
Las islas Ábaco forman una hilera de ciento veinte islas, que ensartadas cual perlas, se extienden a lo largo del mar. Son el hogar de más de mil loros endémicos, que tienen la particularidad de anidar en la arena. Estos animales están protegidos por la Wild Parrot Protection. Por sus playas cabalgan caballos salvajes.
Inagua es la tercera isla más extensa de las Bahamas. Su parque nacional cubre una superficie de 750 Km ², y está dominado por el lago Windsor. Es un paraíso para los observadores de pájaros ya que, además de contar con la mayor colonia de flamencos rosas, en él habita el woodstar, una especie única de colibrí de deslumbrantes colores, que comparte parajes con búhos, cernícalos americanos y águilas pescadoras. En sus aguas nadan las ballenas y los delfines pintados.
El parque de Lucaya engloba los 6 ecosistemas de las islas, y tiene el mayor sistema cavernícola subterráneo del mundo. Para ver a las iguanas de Allan's Cay deberás visitar la isla de Andros, en la que se encuentran los agujeros azules más famosos del mundo. Se trata de cavernas excavadas por la disolución de la caliza y que hace millones de años quedaron sumergidas por la subida del nivel del mar, convirtiéndose en misteriosas cuevas submarinas. El más conocido, el 'Atlantis Blue Hole' tiene una profundidad de 85 metros, y una anchura de 12. Su entrada está cubierta por 40 metros de coral.
En cuanto a su vegetación, el norte del archipiélago está dominado por el Pino Caribe, y el sur lo pueblan los arbustos, entre los que se han encontrado 120 especies de plantas que solo habitan en las Bahamas, y más de 50 tipos de orquídeas. En sus aguas, las increíbles barreras de coral son el refugio de tortugas carey, delfines, tiburones y caballitos de mar.
Turismo sostenible
Desde hace más de 200 años, las Bahamas son un destino turístico que empezó siendo frecuentado por visitantes británicos que, recomendados por sus médicos, buscaban la cura y el descanso. Desde hace unas décadas, se han empezado a tomar medidas para que el turismo sea sostenible y la riqueza natural de las islas no se vea dañada por el impacto ambiental de la civilización.
Poco a poco, se van implantando las energías renovables como fuente de electricidad. Garantizar una eficiencia energética limpia y al alcance de la mayor parte de los habitantes es uno de los retos impuestos. Cada vez se van introduciendo más sistemas fotovoltáicos para surtir la red eléctrica, se están colocando calentadores solares de agua en las casas y las bombillas incandescentes se sustituyen por lámparas fluorescentes compactas para mantener el aire limpio. Estas medidas se comenzaron a tomar en centros públicos como colegios y hospitales, pero cada vez son más los particulares que tienen acceso a la luz eléctrica gracias a estas alternativas.
Los hoteles también están tomando conciencia de la necesidad de utilizar energías limpias. Nacen cada vez más eco-resorts que proponen actividades sostenibles practicadas al aire libre. Rutas por las cavernas de las islas, visitas a playas desiertas, excursiones en kaya, o buceo con snorkel por los parques submarinos de arrecifes de coral son algunas de las propuestas. Como medios de transporte, se proponen las barcas sin motor, como las piraguas o los veleros. También se impulsa la pesca tradicional, que pone de manifiesto los valores de una de las industrias predominantes en la isla, así como la observación de su gran variedad de pájaros.